"Guerra de clases" para derribar al gobierno de Tailandia
Uno de los cabecillas de las protestas antigubernamentales en Tailandia instó hoy a los manifestantes a librar una "guerra de clases" para desalojar al gobierno, instalado a su juicio por la elite sin contar con los pobres. Así se expresó esta mañana Natthawut Saikua, portavoz del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, que exige al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, que renuncie, disuelva el Parlamento y convoque elecciones anticipadas.
Los manifestantes aseguran ser la voz de las masas rurales del noreste del país frente a las clases adineradas de Bangkok, precisamente los bastiones de los dos bandos enfrentados: los seguidores del depuesto ex líder tailandés Thaksin Shinawatra y el Partido Demócrata de Vejjajiva.
Shinawatra y sus partidarios mantienen que el actual ejecutivo es ilegítimo porque no nació de las urnas sino del apoyo de varios diputados tránsfugas, por lo que la única posibilidad de restablecer la democracia es celebrar nuevos comicios.
El depuesto ex primer ministro se dirigió ayer a sus acólitos para pedirles que aguanten una semana más en su movilización para forzar la dimisión de Vejjajiva.
Mientras tanto, los organizadores anunciaron hoy que entretendrán a las masas con música y baile para evitar un éxodo masivo después de que gran parte de los activistas haya regresado ya a sus casas.
De los 100.000 manifestantes que tomaron el pasado sábado la capital tailandesa, apenas un tercio -y menos de 10.000, según la Policía- permanecen acampados delante de la residencia oficial del Vejjajiva en el centro de Bangkok.
Saikur también adelantó que el sábado extenderán la movilización a todas las calles de Bangkok para intentar atraer a más seguidores.
Los llamados "camisas rojas" de Shinawatra continuaron ayer con sus actos simbólicos de protesta contra el ejecutivo, y así pintaron con sangre la verja de la residencia de su enemigo Vejjajiva.
Aunque la vivienda estaba vigilada por un enorme despliegue policial, los manifestantes hicieron retroceder a los agentes y mancillaron la puerta con bolsas de sangre donada por voluntarios, tal y como hicieron la víspera ante el Parlamento.
Las protestas han perdido fuelle desde el pasado domingo, cuando 100.000 se congregaron en Bangkok y dieron un ultimátum de 24 horas al Gobierno para llamar a lar urnas.
Se trata de la mayor manifestación de los "camisas rojas" desde la que protagonizaron en abril de 2009 y que se saldó con dos muertos, 102 heridos, y la declaración del estado de excepción en Bangkok y cinco provincias vecinas.
Tailandia atraviesa una profunda crisis política desde el golpe de estado que derrocó en 2006 a Shinawatra, exiliado y prófugo de la justicia tailandesa, que recientemente le confiscó la mitad de su patrimonio por su origen ilícito.
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