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CAUSA ABIERTA

¿Cómo mantener el hotel flotante más grande del mundo?

¿Cómo mantener el hotel flotante más grande del mundo?

Se trata del 'Oasis of the Sea', el crucero más grande del planeta, que requiere 700 toneladas de suministros y 80.000 cervezas para zarpar. Unas 6.300 personas viajan en este ostentoso barco.
El 'Oasis of the Seas' tiene la tarea de lograrlo casi todas las semanas. Casi cinco veces más grande que el Titanic, la embarcación cuenta con una población que supera la de muchos pueblos pequeños: más de 8.600 personas incluyendo la tripulación, durante sus viajes de siete días.
El barco de Royal Caribbean Cruises Ltd., que zarpó por primera vez en diciembre pasado, tiene una longitud casi cinco veces mayor a la de un Airbus A380, o alrededor de cuatro canchas de fútbol. Tiene 24 restaurantes y su propio "Central Park", con árboles incluidos. Durante las navegaciones de una semana, se necesitan alrededor de 700 toneladas de provisiones nuevas, las que se cargan en el barco cada sábado.
Los huéspedes consumen alrededor de 80 litros de marrasquino (un licor de origen croata) y 80.000 botellas de cerveza. La demanda de los viajeros por cruceros está en alza este año, y las líneas del sector están respondiendo con precios más altos. Eso es un gran cambio frente al año pasado cuando la recesión golpeó con fuerza a la industria. Durante la última década, los cruceros han adquirido un mayor tamaño a la vez que los operadores han intentado incluir aún más características y actividades de lujo.
El Oasis, por ejemplo, tiene dos paredes de roca para escalar, una línea de "cable vuelo" y máquinas de surfing. Royal Caribbean también tiene otros tres cruceros, cada uno con capacidad para 4.000 pasajeros. "Optar por barcos más grandes nos permitió ofrecer muchas más actividades", señala Richard Fain, presidente de la empresa. "Pensamos que a la gente le gustaría y por lo tanto estaría dispuesta a pagar más... y a la vez, ofrecería economías de escala", sostiene. Un viaje por el Caribe de una semana en el Oasis cuesta este año unos US$1.458 en una cabina interna y US$3.200 en una suite estilo loft de dos pisos con vista al mar.
El barco gigante ha generado controversias. Su competidor Carnival Corp. está impulsando una flota de barcos relativamente más pequeños ¿el más grande tiene una capacidad máxima de 4.000 personas¿ que, afirma la empresa, ofrece una mejor experiencia para los pasajeros y más facilidad para llegar a los puertos. Arthur Frommer, fundador de las Guías de Viajes Frommer, afirma que el Oasis representa "una disminución de la experiencia de viaje" porque se detiene sólo en un puñado de puertos. El barco es demasiado grande para atracar en algunos puntos populares como Venecia y Bermuda.
Asegurarse de que una ciudad flotante del tamaño del Oasis opere sin inconvenientes es un desafío. Limpiar el barco, lavar sábanas y manteles y arreglar cosas es un trabajo de 24 horas para los tripulantes. Uno de los espectáculos más populares, un show acuático que se realiza a la intemperie con clavadistas, gimnastas y nadadores sincronizados, es cancelado alrededor de una vez por semana debido a la agitación del mar. Y la tarea de limpiar agua salada del exterior de las ventanas nunca termina.
Decenas de personas y 18 robots lavan las ventanas todos los días. Los robots se ocupan de lugares difíciles de alcanzar y canastas de metal mueven al personal a lo largo de las cubiertas superiores donde no hay balcones. Dentro del barco, la sala de lavandería funciona 24 horas al día: todos los días, 34 personas lavan más de 20.000 unidades, como toallas, manteles y sábanas. El barco tiene tres médicos a bordo.
También tiene su propia unidad de cuidados intensivos y puede mantener a una persona a la vez con respiración asistida. De vez en cuando un pasajero tiene un ataque al corazón, así que tienen al alcance medicamentos trombolíticos, afirma Chris Taylor, el médico en jefe del barco. Unos 200 miembros de la tripulación se dedican a entretener a los pasajeros.
Entre ellos hay artistas, planificadores de actividades infantiles y expertos en iluminación y sonido. Los pasajeros pueden ver una producción del musical Hairspray, un show acuático y un espectáculo de patinaje sobre hielo. Alimentar a más de 8.000 personas requiere de 26 cocinas y una logística complicada. Todos los sábados por la mañana, antes de que salga el sol y mientras los pasajeros todavía duermen, el barco amarra en su puerto base, Port Everglades, en Fort Lauderdale, estado de Florida, en EE.UU. Un sábado hace poco, a las 6 de la mañana, los camiones ya estaban allí.
Eventualmente descargarían 750 contenedores de alimentos, flores y otras provisiones. El personal del barco cargó las provisiones en las zonas de depósito del navío, cada una con una temperatura distinta. El vino tinto va en un depósito más cálido que el vino blanco, la cerveza y el champaña, por ejemplo. La bebida alcohólica que más se carga es la cerveza Corona, seguida por la Budweiser y la Bud Light. Las provisiones cambian.
Cuando hay muchos alemanes a bordo, se pide más cerdo, afirma Frank Weber, vicepresidente de alimentos y bebidas de Royal Caribbean International. Los estadounidenses suelen preferir pollo y carne vacuna. Durante el verano, si viajan muchas familias, se necesitan más ingredientes para la ensalada César.
Para evitar las infecciones, el almacenamiento, la preparación y la cocción de los alimentos son hechas en áreas separadas. "En nuestro mundo no podemos darnos el lujo de tener una enfermedad originada en la comida", dice Weber. Cuando navega, el Oasis of the Sea está la mayoría del tiempo en piloto automático, dice el capitán Thore Thorolvsen, con excepción de cuando entra y sale de un puerto.
(Wall Street Journal)

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