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CAUSA ABIERTA

La reforma del Estado.....¿para qué?

La reforma del Estado.....¿para qué?

Escribe Jorge Aniceto Molinari    

El nóvel Presidente de la República, veterano militante social, derrotado tiempo ha, en sus afanes guerrilleros, convertido ahora en un aglutinador formidable de voluntades sociales, un día sí y otra también, habla del tema. Seguramente en la rueda del mate (no sólo el Presidente lo hace), en alguna casa de algún funcionario publico, de ese envejecido funcionariado, se esté comentando: “este viejo otra vez rompiendo con esto”. El tema parece sencillo: poner al Estado al servicio de la gente, con eficiencia, con capacidad e incorporando los adelantos tecnológicos. Convertirlo en una empresa de “punta”. Ahora ¿como trabajan hoy las empresas de punta –los complejos empresariales multinacionales-?. Trabajan con direcciones gerenciales muy bien remuneradas, (seguramente no seleccionadas por concurso), con prebendas a los funcionarios estatales de los países donde desarrollan su actividad, tratan de eludir al máximo los aportes fiscales, tratan permanentemente de aplicar tecnología eliminando mano de obra, y cuando necesitan de esta, la estratifican de manera tal de poder eliminarla cuando sea necesario a sus intereses. El avance del mundo hoy transita por estos andariveles y lo más grave es que no se puede renunciar a ello. ¿Ahora como lo hago en la empresa Estado o donde tenga que desempeñar funciones defendiendo el interés colectivo? Lo que parece no saber el Presidente, que éste es el momento mejor para plantear el tema. No hay Estado en el mundo que hoy no tenga este problema, también de Oceanía llegan noticias. El último gran reformador del Estado fracasó con total éxito, nos referimos a Mijail Gorbachov.Pero además porque estamos en la mayor crisis de la historia del sistema capitalista, donde por lo menos 50 complejos empresariales multinacionales son enormemente más poderosos que el Estado más poderoso. Aquella vieja antinomia de Estado burgués o Estado obrero ha dejado paso a otra realidad, en la cual los Estados asumen como el rol más elevado la lucha por la democracia. La contradicción surge porque los dueños de la actividad económica multinacional imponen, para la financiación irrenunciable de los Estados, de un sistema impositivo basado en los impuestos al trabajo y al consumo. Esto como el capitalismo tiene límites, la crisis tiene la virtud de mostrar esos límites descarnadamente. El Cr. Astori inició en el período anterior una carrera contra el tiempo: prolijear las relaciones económicas para acceder en mejores condiciones que otros países a la inversiones que fluyen ávidas de colocación en el actual mercado mundial. Este planteo actual de reforma del Estado empalma con eso, probablemente aún exista margen, por lo que el planteo presidencial en el corto plazo puede tener vigencia. Lo que sí tenemos certeza, por las experiencias que el mundo ha vivido, que de esta crisis para salir sin destrucción (la crisis anterior culminó con la guerra), son necesarias reformas que tienen ver con la regulación del sistema financiero, con la implementación junto a la moneda única universal, de un sistema impositivo basado en la circulación del dinero. Es un desafío democrático universal, llevar la conquista de la democracia a las relaciones económicas. Por eso nuestra afirmación de que la reforma del Estado empieza por la circulación del dinero o no empieza. Que el Uruguay no lo puede hacer solo, parece obvio, pero principio quieren las cosas, para nosotros. Mientras tanto hay que ir poniendo la casa en orden, porque aún con los enormes esfuerzos que se han hecho y se están haciendo, Uruguay en materia de circulación de dinero parece tierra de nadie.

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