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CAUSA ABIERTA

Sexo, mentiras y escándalo en el fútbol de Inglaterra por romance prohibido de John Terry

Sexo, mentiras y escándalo en el fútbol de Inglaterra por romance prohibido de John Terry

A John Terry, capitán del Chelsea y de la Selección Inglaterra, se le descubrió en enero un romance con la modelo francesa Vanessa Perroncel, quien hasta diciembre era pareja de Wayne Bridge, su compañero de equipo.
El impacto: difundida por el periódico The Sun, de Londres, desató un terremoto en el fútbol inglés, pero sobre todo en su Selección, la cual Bridge también integra.
La medida: el italiano Fabio Capello, técnico del seleccionado, decidió quitar la capitanía nacional a Terry a causa del escándalo que involucra a dos de sus dirigidos.
El fallo: Terry, nombrado el 'Papá del año 2009' en Inglaterra, sabía que los diarios manejaban el hecho e interpuso un recurso judicial para impedir su divulgación. Terry, el cuarto futbolista mejor pago del mundo con 7,5 millones de euros anuales, obtiene además grandes ganancias publicitarias por su imagen de capitán inglés, en un país donde el brazalete tiene enorme significación; pero el juez Sir Michael Tugendhat no hizo lugar a la presentación, entendiendo que el derecho a la información prevalece sobre la privacidad de los implicados.
La amistad: Terry y Bridge eran también grandes amigos y vecinos. Trasladaron la química desde el campo al ámbito familiar. Wayne y Vanessa salían, cenaban y eran fotografiados con John y Toni Terry. Una relación que hizo de Vanessa la mejor amiga de Toni. Al estallar la infidelidad, Toni, engañada por su esposo con su vecina-amiga-confidente, huyó a Dubai, Emiratos Árabes, con sus dos hijos mellizos.
La ira: Wayne Bridge pasó en enero al Manchester City, pero Vanessa permaneció en la casa de ambos en Londres con Jaydon, el pequeño hijo de ambos de tres años. La furia del volante inglés se multiplicó al enterarse de que Terry y su esposa hicieron el amor en su propia casa, con el pequeño Jaydon presente. Pero luego supo más el pobre: su mujer le había sido infiel con tres compañeros más del Chelsea: el islandés Gudjhonsen, el rumano Mutu y un tercero que hasta ahora tuvo suerte, su nombre no se ha conocido.
El dinero: como le pasó a Tiger Woods, cuyo caso parece infantil comparado con este, Terry podría perder montañas de libras en patrocinios. Le pagó incluso a la Perroncel un millón de dólares para que mantuviera el silencio. Sin embargo la noticia, como el agua, pugnó y se filtró.
El temor: la suerte del equipo inglés en el Mundial. ¿Cómo será la convivencia del grupo, durante 45 días, con Terry y Bridge adentro? "Puedo jugar en el mismo equipo no soy tan infantil -dijo Bridge-, pero no lo quiero como capitán, no siento ningún respeto por él". Hasta el primer ministro inglés Gordon Brown se refirió al tema. The Guardian calificó el hecho como "la crisis nacional más grave desde el Canal de Suez", en 1956.
La pregunta: ¿está bien que Terry pierda la cinta por un suceso de índole privada? Hasta aquí teníamos al capitán como un sujeto que es ejemplo de sus compañeros por liderazgo, espíritu de lucha, inteligencia, lealtad, coraje, generosidad, prudencia y serenidad. Incluso honestidad. Son valores por los cuales uno admira a un compañero y se compromete a seguirlo, respaldarlo, hasta obedecerlo. ¿Cómo sería la cara de Terry, cuál será su discurso al resto del equipo antes del debut mundialista frente a Estados Unidos el 12 de junio? ¿Unidos venceremos? ¿Todos para uno y uno para todos? Por lo pronto, está en Dubai, donde, al parecer, logró el perdón de su esposa.
Tiene razón Capello: John Terry no debe ser más el capitán inglés.

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