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CAUSA ABIERTA

Ferrari ya luce el coche de su renacimiento

Ferrari ya luce el coche de su renacimiento

Con nueve años, un niño que corría en kárting y veía la Fórmula 1 como un sueño, dilató de repente sus pupilas en plena comida. En una imagen fugaz de un telediario, Senna echaba de la pista con su McLaren al Ferrari de Prost en Suzuka. El chico era Alonso, que idolatraba al brasileño y grabó a fuego esa batalla de talentos.
Casi veinte años después, el asturiano se emocionó en su presentación como estrella de Maranello, aquel mito con el que creció mientras luchaba con los mejores del kárting internacional en Italia. Los ojos se le humedecieron cuando su jefe Stefano Domenicali le saludó con un sentido "bienvenido a la familia".
Cada año el bicampeón empieza con nuevo ánimo, pero esta vez se le ilumina la mirada con el coche: "La verdad es que sí que es bonito". Y también con un proyecto que le va como anillo al dedo a alguien que es capaz de pensar en el idioma del país transalpino. Y que puede ser el último de su carrera. Se llama F10. Aparte de las posibles bromas con la tecla de los ordenadores, esta vez Ferrari ha roto conecer (adiós a la saga 2008, que no ganó, y a la F60, que fracasó con estrépito).
Largo, muy largo (veinte centímetros más) impresiona de cerca y tiene una pinta espectacular. Con un morro estrecho y alto y curvas por todas partes, se le ve mucho más afinado. Eso sí, el difusor ("mucho más grande y prestacional", según el diseñador Tombazis) estaba tapado para la presentación.

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