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CAUSA ABIERTA

Puerto Príncipe deja de temblar y empieza a palpitar

Puerto Príncipe deja de temblar y empieza a palpitar

Las tiendas de la capital de Haití comenzaron a reabrir el jueves a medida que disminuía la búsqueda de supervivientes tras el devastador seísmo que asoló el país caribeño y aumentaban las tareas para ayudar a las decenas de miles de heridos y personas sin hogar.
El puerto de Puerto Príncipe se reparó lo suficiente como para permitir la llegada de ayuda por vía marítima, y un buque holandés comenzó a descargar agua, zumos y leche en el muelle.
La ayuda ya es más abundante, pero sigue siendo escasa para alimentar y dar cobijo a los que han perdido su hogar o han quedado heridos por el seísmo de magnitud 7,0 que el 12 de enero arrasó la ciudad y mató posiblemente hasta 200.000 personas.
Equipos estadounidenses, belgas, británicos, españoles y de Luxemburgo dejaron el país, mientras seguían otros estadounidenses, brasileños o de Chile con sus perros rastreadores buscando por ejemplo en el Hotel Montana, donde una lista indicaba los nombres de 10 personas encontradas muertas y otros 20 aún desaparecidos.
"Además de tener esperanzas, también hay que ser realistas, y después de nueve días, la realidad dice que es más difícil encontrar personas vivas, pero no es imposible", dijo el mayor del Ejército chileno Rodrigo Vázquez.
Más de 13.000 efectivos militares estadounidenses están en esta mitad de la isla de La Española que comparte con Santo Domingo y en 20 buques que esperan en aguas haitianas. Las tropas llegaron en helicópteros que aterrizaron en los jardines del destrozado palacio presidencial, llevándose a los heridos graves para trasladarlos a un buque hospital de la Armada de Estados Unidos.
Algunas tiendas de alimentos, peluquerías y farmacias abrieron sus puertas, permitiendo no pagar a sus clientes habituales, faltos de dinero. Se espera que los bancos reabran el viernes en las provincias y el sábado en la capital, lo que permitirá a los haitianos acceder al efectivo por primera vez desde el terremoto, dijo a Reuters la ministra de Comercio, Josseline Colimon Fethiere.
Muy consciente de las apariencias de que Estados Unidos está asumiendo un papel muy enérgico, el presidente Barack Obama dijo el miércoles que la Casa Blanca está siendo "muy cuidadosa" en sus tareas junto al Gobierno haitiano y Naciones Unidas.
La ONU va a añadir 2.000 cascos azules y 1.500 policías más a la misión de 9.000 efectivos que se encuentra en Haití.
Hasta 1,5 millones de haitianos se han quedado sin hogar, y el ministro del Interior, Paul Antoine Bien-Aime, dijo que unos 400.000 serán trasladados a localidades nuevas que se construirán en las afueras de la capital destrozada.
La primera oleada de 100.000 refugiados serán enviados a campamentos provisionales de 10.000 personas cada uno cerca del pueblo de Croix des Bouquets, al norte de la capital, explicó. Los cascos azules brasileños ya están preparando el terreno, en un lugar en el que el Banco Interamericano de Desarrollo tiene previsto ayudar a construir viviendas permanentes para 30.000 personas.
Miles de haitianos siguen hacinados en campamentos temporales sin letrinas, durmiendo en el exterior por temor a las réplicas, que el jueves alcanzaron magnitudes máximas de 4,9 grados, estresando aún más a los aterrorizados supervivientes.
El Gobierno haitiano y sus socios internacionales se están empezando a centrar en la reconstrucción a largo plazo de un país que ya era pobre y caótico.
"Se están haciendo progresos", dijo Jon Andrud, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud. "Hay que tener en cuenta con lo que empezamos cuando el mundo llegó a Haití: sin carreteras, solo escombros y cadáveres. Sin comunicaciones, solo muerte y desesperación".
Pero la mayoría de los servicios básicos siguen sin funcionar en Puerto Príncipe. Los hospitales están saturados y los médicos no tenían anestesia, obligándoles a operar solo con calmantes.
La ONU ha contado 450 campamentos temporales y ha pedido al Gobierno que empiece a prepararlos mejor para la distribución de comida. El sistema de agua funciona parcialmente, aunque camiones cisterna comienzan a llegar a los campamentos.
La violencia y los saqueos se están reduciendo, ya que las tropas estadounidenses velan por la seguridad. Además, miles de haitianos han seguido el consejo del Gobierno y se han ido a otros pueblos.

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