Un ministro belga que se disfraza de Julio César y va borracho al Senado
Michel Daerden, socialista francófono de 60 años, recibió duras críticas del partido nacionalista flamenco NVA. "Parece haber bebido demasiado", dijo Bart de Wever, líder del NVA, "Si cualquier trabajador llega en tal estado a su trabajo, sería inmediatamente despedido. ¿Por qué va a ser diferente con un ministro?", añadió.
La oficina de Daerden, que niega rotundamente que estuviera borracho, respondió en un comunicado: "Se presentó en el estilo que le conocemos y dio una respuesta de calidad minuciosamente preparada y en un perfecto estado de sobriedad".
El ministro contestaba en la tribuna de oradores a una pregunta del senador Geert Lambert, interesado en las reformas con las que el Gobierno planea que el sistema de pensiones sea sostenible, a pesar del envejecimiento de la población. Una semana antes, Daerden había asegurado que las pensiones sólo estaban aseguradas hasta el año 2015.
El ministro responde de forma caótica, se ríe, gesticula, se lleva la mano al corazón. Muchas de sus frases son incomprensibles e incluso habla en flamenco, cuando su lengua materna es el francés.
"No nos atreveríamos a afirmar sin dudas que la comida sólo fue regada con agua", escribió ayer el diario belga La Libre Belgique.
El primer ministro, el democristiano flamenco Yves Leterme, tuvo que salir al paso de la polémica y, sin citar explícitamente a Daerden, dijo que "todos los ministros deben ejercer sus funciones con dignidad".
El ministro de Pensiones respondió al premier -que no puede destituirlo porque haría caer a todo el Gobierno de coalición- que no había bebido ni una gota de licor.
No es la primera vez que Daerden crea un escándalo. Ministro, regional y nacional desde hace tres lustros, se convirtió en la estrella del Internet belga durante las elecciones del 2006, cuando apareció medio borracho en un video. "No más de lo habitual", respondió entonces.
Daerden, a quien la mayoría de la población -principalmente la flamenca- considera "el payaso de la política belga", ha sabido aprovechar esa imagen de hombre del pueblo, un tipo normal como el que cualquiera puede encontrarse en el bar con unas copas de más.
Tal vez por eso, en noviembre apareció en la edición belga de la revista francesa Paris-Match disfrazado de Julio César y con su hija haciendo el papel de Cleopatra.
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