Chávez saca militares a la calle a controlar precios
El presidente venezolano, Hugo Chávez, ordenó el domingo a militares verificar que no se remarquen los precios tras la devaluación de la moneda decretada la semana pasada y advirtió que podría confiscar cualquier tienda que especule con sus productos.
El militar retirado anunció que el país tendrá un tipo de cambio de 2,6 bolívares/dólar para bienes prioritarios como alimentos y medicinas, y uno "petrolero" de 4,3 bolívares/dólar para comercio, automotriz y textiles, entre otros.
Desde 2005 hasta el viernes, el tipo de cambio único fijo fue 2,15 bolívares/dólar.
"No hay ninguna razón para que nadie esté incrementando los precios de absolutamente de nada. Cuando haga falta el Gobierno es el primero en reconocerlo (...) producto de un estudio bien concienzudo", dijo el mandatario en su programa semanal de radio y televisión "Aló, presidente".
"Quiero que la Guardia Nacional se vaya a la calle con el pueblo a luchar contra la especulación", remarcó despertando aplausos de sus seguidores.
El mandatario dijo que es capaz de quitar los comercios a los dueños y darlos a sus trabajadores si remarcan precios.
Chávez acusó a medios de comunicación de generar terror entre la población al anticipar que toda clase de productos aumentará de precios.
Canales de televisión y diarios el domingo mostraron fotos de largas filas de personas comprando electrodomésticos, además de diversos análisis de cómo afectará la devaluación los sectores de la economía.
Pero el Gobierno socialista asegura que el impacto sobre los precios no sería fuerte, en el país que tuvo la inflación más alta del continente en el 2009, de un 25,1 por ciento.
Chávez instruyó a su vicepresidente y ministro de la Defensa, Ramón Carrizalez, a verificar que no se disparen los precios y le pidió entregarle el lunes las primeras líneas de un plan ofensivo contra la especulación en acuerdo con la milicia, autoridad tributaria y organizaciones comunales.
"Nadie se deje robar aquí, denuncien al especulador públicamente y nosotros intervengamos cualquier negocio de cualquier tamaño que se preste al juego de la burguesía especuladora", dijo.
El ministro de Finanzas, Alí Rodríguez dijo el viernes que el impacto de la devaluación sobre la inflación sería entre tres y cinco por ciento, sin detallar la nueva expectativa del Gobierno para el indicador.
Horas después, el ministro de Planificación, Jorge Giordani, afirmó que bienes "innecesarios se van a poner más caros".
El Gobierno asegura que la devaluación ayudará a sectores exportadores, en un país que importa la mayoría de su consumo, e invitó a empresarios a contribuir con ese objetivo y creó un fondo para estimular la producción nacional.
"El Fondo Bicentenario: 1.000 millones de dólares para la sustitución de importaciones, empezando por los alimentos, primero que nada", anunció Chávez y aclaró que del fondo saldrán créditos, subsidios y subvenciones según estudios.
Sin embargo, "la revolución" y grandes empresarios suelen llevar una tirante relación en la que los privados se quejan de inseguridad jurídica por la incautaciÛn de tierras y nacionalización de empresas ordenada por el presidente.
Chávez enfrentará en septiembre unas elecciones legislativas en las que busca mantener su abrumadora mayoría.
A poco meses de los comicios, para los que Chávez ya inició su ofensiva electoral que llamó "campaña admirable", los venezolanos están duramente azotados por la delincuencia, racionamiento de electricidad y agua, además de la devaluación que impulsará los precios.
Pero el mandatario dice que el cambio preferencial y los subsidios para alimentos y salud hacia los más pobres disminuirán el impacto del "ajuste" sobre los sectores carenciados.
El mandatario ha logrado conquistar electores una decena de contiendas en los 11 años de su "revolución socialista", en la cual sólo acumula una derrota en un referendo que buscaba reformar la Constitución.
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