Uruguay: director de Aduanas del gobierno de Batlle tenía a Feldman en la lista de traficantes de armas pero no lo dejaron investigar

El ex director Nacional de Aduanas, Víctor Lissidini, reveló ayer que en 2002, bajo el gobierno de Jorge Batlle, comenzó a investigar una lista de 10 posibles traficantes de armas en la que estaba Saúl Feldman. En diálogo con LA REPUBLICA Lissidini recordó que fue director nacional de Aduanas entre febrero de 2002 y marzo de 2003, en el gobierno de Jorge Batlle.
Según explicó, "en 2002 estaban en marcha investigaciones sobre tráfico de drogas, contrabando de ropa, y nos llegó información sobre presuntos traficantes de armas o poseedores de armas de guerra. Era una lista con 10 nombres".
Consultado por LA REPUBLICA si en esa lista estaba Saúl Feldman, la respuesta de Lissidini fue "sí, sí estaba".
Interrogado sobre las causas por las cuales no se investigó en ese momento, Lissidini explicó. "Empezamos por el primero de la lista, que era un oftalmólogo del hospital militar. Solicitamos una orden de allanamiento y se encontró un arsenal muy importante, con armas de guerra de verdad.
Ahora se habla de armas de guerra y yo veo las imágenes y veo que hay muchas que son armas muy antiguas y en desuso. Ese arsenal que encontramos en 2002 era de armas de guerra modernas y operativas, 72 armas, entre las que había AK 47, fusiles de asalto M 16 y Uzi (subfusil automático israelí); hasta minas antitanque. Los medios de comunicación en su mayoría cuestionaron el procedimiento. Me presentaron una demanda penal por abuso de funciones y finalmente, aunque parezca increíble, le devolvieron las armas de guerra a este señor".
Ante la pregunta de si ese fue el motivo para que las investigaciones no continuaran, Lissidini respondió: "Me dejaron solo, no tuve ningún tipo de respaldo político, en lo absoluto.
Entonces no se siguió investigando la lista. Estaba Feldman pero nunca lo pudimos probar.
Nadie estuvo interesado en seguir investigando eso. Me sentí completamente solo y abandonado".
Para Lissidini "se comprobó que esas armas, en ese momento, eran traídas de las misiones de paz y las vendían como souvenir; algunas de ellas iban para el sur de Brasil. Pero no para el narcotráfico; eso es de risa, los narcos compran las armas en la fábrica".
"En ese momento nosotros dijimos que no podía ser que hubiera particulares que tuvieran tanto o más poder de fuego que la Policía y el Ejército, pero es una realidad que no se quiso ver, a nadie le interesó", afirmó.
Para Lissidini, hoy militante del Partido Colorado, "hay que ponerle pienso a esto; no se puede usar esto para la campaña electoral, hablar de conexiones políticas es un disparate.
Yo nunca hablé de conexiones políticas, ni en el primer caso que además probamos, no hay nada de eso".