La Tierra tendrá otro océano gracias a una hondonada gigantesca en Etiopía
Una profunda hondonada de más de 55 kilómetros de longitud, detectada en 2005 en el desierto de Etiopía podría convertirse en un millón de años en un océano que conecte el Mar Rojo con el Golfo de Adén, según un artículo que publica la revista Geophysical Research Letters. En el momento de su descubrimiento algunos geólogos indicaron que la rajadura era el comienzo de un nuevo océano que separaría a África en dos partes, pero otros consideraron esa hipótesis como controvertida.
Ahora científicos de varios países confirmaron que los procesos volcánicos bajo la hondonada etíope son casi idénticos a los que ocurren en el fondo de los océanos del mundo y que la rajadura continental probablemente sea el inicio de un nuevo mar.
El estudio, publicado en la edición de noviembre de la revista, indica que la alta actividad volcánica a lo largo de los bordes de las placas tectónicas podrían partirse rápidamente en varias secciones en lugar de separarse gradualmente en secciones más pequeñas.
Estos acontecimientos en gran escala presentan un serio peligro para las poblaciones que viven cerca de la hondonada, indicó Cindy Ebinger, profesora de ciencias ambientales y de la Tierra, en la Universidad de Rochester, y una de las autoras del estudio.
El análisis fue encabezado el profesor Atalay Ayele, de la Universidad de Addis Abeba en Etiopia, e incluyó una escrupulosa recolección de datos sísmicos en torno al acontecimiento de 2005 que causó la hondonada que, en pocos días alcanzó un ancho de casi seis metros.
Ayele combinó sus datos con los obtenidos por sus colegas Ghebrebrhan Ogubazghi, del Instituto de Tecnología de Eritrea, y Jamal Sholan, del Centro y Observatorio Sismológico de Yemen.
El mapa que Ayele elaboró con esa información y que registra los sitios y fechas de terremotos ocurridos en la región corresponde de manera impresionante con los análisis más detallados que Ebinger ha hecho en años más recientes.
La reconstrucción de acontecimientos hecha por Ayele indica que la hondonada no ocurrió en una serie de pequeños terremotos a lo largo de un período extenso, sino que se abrió en toda su longitud en unos pocos días.
El primero en entrar en erupción fue un volcán llamado Dabbahu en el extremo norte de la hondonada, luego el magma empujó a través del área media de la hondonada y empezó a abrir la rajadura, como un cierre de cremallera en ambas direcciones, señaló Ebinger.
Desde 2005, Ebinger y sus colegas han instalado sismógrafos y han medido 12 acontecimientos similares aunque mucho menos intensos.
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