Una legisladora de EEUU dice que el pueblo hondureño no quiere que vuelva Zelaya
La legisladora republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen afirmó hoy tras su regreso de Honduras que el pueblo hondureño no apoya la restitución del depuesto presidente Manuel Zelaya y tampoco quieren la intromisión de actores ajenos al conflicto. "Durante mi visita a Honduras esta semana, un mensaje fue contundentemente claro: el pueblo hondureño no quiere que Manuel Zelaya regrese y tampoco quiere a actores ajenos (al conflicto) socavando su democracia y el imperio de la ley", dijo Ros-Lehtinen en un comunicado.
La congresista, que desde siempre ha respaldado al Gobierno de facto en Honduras, criticó que ante la crisis actual, "EE.UU. se ha aferrado a una visión centrada en Zelaya" lo que, a su juicio, debilita los intereses de seguridad críticos de Estados Unidos.
Esa postura del Gobierno de Washington, agregó, "amenaza con perjudicar los estrechos y duraderos lazos que compartimos con el pueblo hondureño".
"Es hora de que EE.UU., la OEA y otros respalden al pueblo hondureño y apoyen públicamente unas elecciones presidenciales libres, justas y transparentes en Honduras" el próximo 29 de noviembre, aconsejó Ros-Lehtinen.
La legisladora ha señalado que el pueblo hondureño no quiere la injerencia de actores ajenos al conflicto, pero varios de sus colegas demócratas han criticado, precisamente, que ella y otros líderes republicanos hayan viajado a Honduras a respaldar públicamente al Gobierno de facto.
En general, la mayoría de los líderes del Congreso y grupos académicos y cívicos han insistido en la necesidad de que el Gobierno de facto permita que Zelaya cumpla su mandato hasta enero de 2010.
La congresista regresó el martes de un viaje a Honduras que, según explicó, tenía el objetivo de ver la situación sobre el terreno y el impacto negativo de la política actual estadounidense.
Ros-Lehtinen promueve una legislación en la Cámara de Representantes que pide que Estado Unidos respalde el proceso electoral en Honduras.
Zelaya fue detenido y expulsado del país por militares el pasado 28 de junio, y horas más tarde el Congreso nombró en su reemplazo a Roberto Micheletti, hasta entonces presidente del Legislativo y cuyo Gobierno no reconoce la comunidad internacional.
El pasado 21 de septiembre, el destituido mandatario regresó clandestinamente a Tegucigalpa y está refugiado en la embajada de Brasil.
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