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CAUSA ABIERTA

Ex agresores sexuales obligados a acampar en bosque de Atlanta

Ex agresores sexuales obligados a acampar en bosque de Atlanta

Un grupo de agresores sexuales desamparados están viviendo en un acampado en un área boscosa en un suburbio de Atlanta, por recomendación de sus supervisores de libertad condicional, que dicen que el lugar es el último recurso para quienes no tienen a dónde ir.
Los nueve ex reclusos viven en carpas alrededor de una hoguera improvisada en el bosque, detrás de un enorme cartel que dice "No ingrese", esperando que culmine su libertad condicional en medio de numerosas restricciones en uno de los estados con leyes más estrictas para delitos sexuales en el país.
"Es como un juego mental", dijo William Hawkins, de 34 años, que agregó que le recomendaron ir al campamento hace dos semanas tras salir de prisión, donde cumplió una pena por violar su libertad al no registrarse como delincuente sexual en Georgia.
El campamento en las afueras del próspero condado de Cobb es una consecuencia no intencional de las leyes contra delitos sexuales en Georgia, que prohiben a los delincuentes sexuales vivir, trabajar o simplemente estar a 1.000 pies (305 metros) de escuelas, iglesias, parque y otros lugares en los que se reúnen niños.
No es el único lugar en el condado en que pueden vivir. Existen otros centenares de delincuentes sexuales en Cobb viviendo de acuerdo con la ley, pero Ahmed Holt, que administra el programa estatal para delincuentes sexuales, dice que el campamento en el "último recurso" para quienes no pueden encontrar otro lugar en el que vivir legalmente.
Dijo que los supervisores de libertad bajo palabra recomiendan a ex reclusos que vayan al campamento si no encuentran otras opciones, como mudarse a otro estado o condado, o quedarse con familiares que vivan en un lugar que se ajusta a los requerimientos.
Los albergues de desamparados a menudo no son alternativas válidas, dijo, a causa de las restricciones que les impiden estar cerca de niños.
Los críticos dicen que el campamento es un ejemplo de cómo leyes creadas para proteger a los niños en Georgia crean una situación peligrosa, en la que ex delincuentes sexuales desamparados viven por recomendación del gobierno básicamente sin supervisión.
"El estado tiene que encontrar una forma responsable de lidiar con el problema", dijo Sarah Geraghty, una abogada con el Centro Sureño de Derechos Humanos, que representa a un hombre que reside en el campamento. "Requerir que personas vivan en el bosque como animales es inhumano y una terrible idea para la seguridad pública", agregó.

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