Portugal: Todos contra Sócrates
Los partidos de oposición cerraron hoy la campaña electoral en Portugal con un bombardeo de críticas al primer ministro socialista José Sócrates en un último intento de recortar su clara ventaja en los sondeos sobre las elecciones del domingo. Desde la derecha a la extrema izquierda, los rivales del Partido Socialista (PS) coincidieron hoy como nunca en pedir a los portugueses que no dejen a Sócrates cuatro años más en el poder.
"Eso es lo más importante" dijo la conservadora Manuel Ferreira Leite, del Partido Social Demócrata (PSD, principal de la oposición, que personalizó como nunca en la figura del primer ministro el Portugal empobrecido, endeudado, ahogado en desempleo y sumido en políticas erróneas que denuncia en sus discursos.
La líder del PSD, con alrededor del 30 por ciento de intenciones de voto, puso en duda la fiabilidad de los sondeos, que le otorgan más del 38 por ciento de apoyo al PS, y consideró que hay un porcentaje de indecisos aún más alto que puede inclinar la votación hacia cualquier partido.
Pero las formaciones marxistas, el Bloque de Izquierda (BI) y la coalición de comunistas y verdes (CDU), cuyos mayores miedos se centran en que la derecha gane poder, no prestaron mucha atención a una hipotética victoria de Ferreira Leite y se concentraron en el fuego cruzado contra Sócrates, al que esperan arrebatar votos.
El líder del Bloque, Francisco Louca, pese a que su partido no llega al 10 por ciento de respaldo tras haber adelantado por la izquierda a la colación comunista, sostuvo que la pugna en estas elecciones es entre su partido y el PS.
De algún modo Sócrates pareció darle la razón cuando optó por lanzar uno de sus discursos más contundentes contra los argumentos de la izquierda y pedir para sí el "voto útil" con el que todos sus contrincantes esperan robarle sufragios.
Portugal no necesita ahora "propuestas políticas radicales o extremistas", manifestó Sócrates al apelar a un voto con la utilidad de construir y no destruir, que sirva para unir y no divida y que aporte soluciones y no más problemas.
Sócrates y Ferreira Leite cerraron la campaña en Lisboa primero con dos concurridas "arruadas" (desfiles callejeros) por el centro de la ciudad y luego con un multitudinario mitin de los socialistas y una cena de los socialdemócratas en uno de los mayores recintos de la antigua Expo de la capital.
La dirigente conservadora quemó allí sus últimos cartuchos en una campaña que ha levantado voces críticas entre los dirigentes de su propio partido y en la que destacaron episodios polémicos, como su oposición al tren de alta velocidad con España.
"Sócrates no será primer ministro sólo el día que el PSD tenga más votos que el PS", arengó la ex ministra de finanzas, que invitó al país a "no dispersar el voto".
El posible aliado de Ferreira Leite para formar Gobierno, Paulo Portas, líder del más conservador Partido Popular (CDS-PP) con un 9 por ciento de respaldo, cerró también la campaña en la capital pero evitó coquetear con el PSD y se centró en reclamar el voto de los desilusionados con las políticas socialistas.
El Bloque y la coalición comunista finalizaron su gira electoral en Oporto, la segunda ciudad del país, donde Louca volvió a lanzar al primer ministro reproches por desatender los problemas sociales del país y aplicar medidas neoliberales.
Por su parte Sócrates resaltó lo "difícil" que ha sido la campaña y el mensaje constructivo y optimista que él ha tratado de dar frente a una oposición anegada en críticas al Gobierno y falta de ofertas y de "confianza en Portugal y en los portugueses".
Sócrates cerró hoy sus últimos actos de campaña en medio de incontenibles aires de triunfo de sus partidarios pese a que él volvió a insistir en que sólo los votos, y no los sondeos, ganan las elecciones.
Con aparente temor a que la confianza en el triunfo del PS fomente la abstención y le reste votos, insistió en pedir a sus seguidores "movilización hasta el fin".
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