El gobierno argentino no sabe si protestar o llamar por teléfono a Mujica
"Entre el desconcierto y la preocupación, entre el malestar y la risa nerviosa, entre interpretarlo como un potencial conflicto diplomático o como una curiosidad digna de los programas de chimentos. Las cavilaciones inundaron los despachos de la primera línea del gobierno de Cristina Kirchner ayer ante los enérgicos cuestionamientos lanzados por el candidato presidencial del oficialista Frente Amplio uruguayo, José "Pepe" Mujica, en entrevistas publicadas en un libro.
Debido al tenor de las críticas y acusaciones de Mujica contra los Kirchner (a los que calificó de patoteros), contra el radicalismo y contra el grueso del espectro político nacional, en la Casa Rosada y en la Cancillería no sabían hasta anoche cómo interpretar ni tampoco qué entidad concederles a los dichos del ex líder tupamaro y actual postulante presidencial.
Desde el Palacio San Martín, que conduce Jorge Taiana, dijeron a LA NACION que aún se analizaba la posibilidad de presentar un pedido formal de explicaciones ante las palabras de Mujica.
El propio embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño Mayer, dijo a LA NACION que aguardaba instrucciones de la Cancillería para definir los cursos de acción pertinentes. "El informe de lo ocurrido fue presentado oportunamente y quedé a la espera de instrucciones", dijo ayer Patiño Mayer", informaba hoy el matutino bonoaerense.
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