Incendian una aldea guaraní en Mato Grosso do Sul

Un grupo de desconocidos incendió hoy una aldea de indios guaraníes, previamente desalojada, en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, en el suroeste del país, denunció el Consejo Indigenista Misionario (Cimi), una organización defensora de los derechos de los indígenas. Fueron incendiadas 36 chozas en la localidad de Río Brilhante, a 100 kilómetros de la frontera con Paraguay, en las que vivían hasta el viernes pasado 130 indios de la etnia guaraní kaiowá, que desalojaron el lugar por orden de la Justicia.
Los agresores permanecieron toda la madrugada en la zona para garantizar que se quemaban todas las viviendas, construidas en madera y paja, y para "amedrentar" con los faros de sus automóviles a los indios, que están acampados en una carretera vecina, según la versión del Cimi, organización ligada a la Iglesia Católica.
En el incendio perecieron varios perros y animales de corral que los indios todavía guardaban en la aldea, según la misma fuente.
Uno de los líderes del grupo indígena, Zezinho, explicó que la población está muy afectada porque cree que junto con las casas se quemaron los espíritus de sus antepasados que vivían en ellas.
Un tribunal federal ordenó la semana pasada que los indios abandonaran la hacienda en la que habían instalado esta aldea hacía dos años.
Los guaraníes reivindican que la finca es en realidad una tierra ancestral que pertenecía a sus antepasados, motivo por el que levantaron la aldea en ese lugar.
Después del desalojo, que se produjo de forma pacífica, los indios permanecen acampados en una carretera nacional, junto al límite de la hacienda.
Los guaraníes constituyen la mayor comunidad indígena de Brasil, con cerca de 60.000 miembros, y es además, una de las que más conflictos registra cada año con los propietarios rurales.
Las tierras tradicionales de los guaraníes están ubicadas en una de las regiones agrícolas más pujantes del país, en la que los latifundios de soja han sustituido casi en su totalidad a los bosques y han relegado a los indios a pequeñas reservas con problemas de superpoblación.
Las organizaciones indigenistas denuncian que esta región fronteriza con Paraguay ostenta récords en asesinatos de indios, además de otros problemas relacionados con el clima de tensión como suicidios, alcoholismo y discriminación.