El Pentágono asegura que el acuerdo con Colombia "no tiene fines bélicos"
El Pentágono afirmó hoy que el acuerdo de cooperación militar que intentan cerrar EE.UU. y Colombia "no tiene fines bélicos" y es la continuidad de un esfuerzo de colaboración "en contra del narcotráfico y el terrorismo". "Este acuerdo no tiene ningún fin bélico. Es más, ninguna parte de este acuerdo y nuestro acceso a estas bases colombianas no tiene nada ofensivo, capacidad militar ofensiva de ninguna índole", afirmó el subsecretario adjunto de Defensa para el Hemisferio Occidental, Frank Mora, en una entrevista con Efe. "No vamos a tener en estas bases ninguna capacidad para proyectar una operación militar de ninguna índole", aseguró. El acuerdo en ciernes, que permitirá que militares estadounidenses usen hasta siete bases en Colombia, ha suscitado críticas, especialmente de los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) que lo ven como una amenaza. En estos días, una misión colombiana ultima en Washington las negociaciones del acuerdo con funcionarios del Departamento de Estado, sin que haya trascendido información. "No es cuestión de que queramos esconder es simplemente que queremos, antes de salir al público, finalizar los elementos del acuerdo", enfatizó Mora. El alto funcionario opinó que hay que evitar que lleguen a la opinión pública "exageraciones y declaraciones" que calificó de "no válidas". El Gobierno colombiano confía en que el acuerdo, que no requiere la venia del Legislativo estadounidense, pueda concretarse este fin de semana. Pero, según analistas, el acuerdo, una vez sellado, tardaría unas semanas en ser aplicado. Una fuente del Departamento de Estado, que pidió no ser identificada, dijo a Efe que el acuerdo, que incluirá la base de Palanquero, "es una extensión de una larga colaboración bilateral en la lucha antinarcóticos y contra otros crímenes trasnacionales". El acuerdo responde a la negativa de Ecuador de renovar un convenio con Estados Unidos que le permitió hacer uso durante diez años de la base de Manta, en la costa del Pacífico. Expertos consultados por Efe coincidieron en que la polémica ha dado espacio político a la retórica anti-estadounidense y a advertencias de que "soplan vientos de guerra" por parte del presidente venezolano, Hugo Chávez. La ley estadounidense permite la presencia de hasta 1.400 asesores -800 militares y 600 civiles- en Colombia pero, según un informe oficial de junio pasado, EE.UU. tiene ahora 268 militares y 308 civiles, respectivamente, en ese país. "EE.UU. ha estado apoyando a Colombia desde la década de 1990. Este acuerdo es sobre el uso de instalaciones militares en Colombia", explicó Peter DeShazo, director del programa de las Américas del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). DeShazo reconoció que, ante la desinformación sobre el acuerdo, "la transparencia es importante", e insistió en que las condiciones de derechos humanos han mejorado en Colombia. Una fuente demócrata consideró que quienes negocian el acuerdo "quizá manejaron mal el asunto", pero "algunos países han criticado el acuerdo, con fanfarronadas belicosas, sin antes enterarse bien". Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y de Política, consideró que Estados Unidos y Colombia "cometieron un gran error", porque "subestimaron la fuerte unión regional que existe en este tema: Sudamérica no quiere ver una expansión de la presencia militar estadounidense en la región". La tibia respuesta de EE.UU. al golpe de Honduras, agregó Weisbrot, "sólo ha incrementado las sospechas de los sudamericanos en otros temas". Vicki Gass, de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), dijo, por su parte, que también preocupa el futuro uso de la base de Palanquero, a juzgar por un informe de la Fuerza Aérea de EE.UU. sobre su utilidad como un "lugar para la cooperación en seguridad" (CSL, en inglés) en el continente. El presupuesto de defensa para el año 2010 incluye 46 millones de dólares para modernizar la base de Palanquero. WOLA envió el pasado día 7 una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que expresó temor de que, mediante el uso de Palanquero, se amplíen las operaciones militares de EE.UU. en la región y, con eso, se minen las intenciones estadounidenses de recurrir a la diplomacia para responder a retos globales. Un cometido de EE.UU. y Colombia, según los expertos, es evitar que Chávez domine el debate sobre esta polémica. EE.UU. busca la firma de acuerdos militares con Colombia dentro de un proceso de regularización de la asistencia a ese país que implica una reducción de la presencia estadounidense, según Christopher McMullen, subsecretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental. En una entrevista publicada hoy por el diario ecuatoriano El Comercio, McMullen señaló que ese proceso "durará dos o tres años", tras lo cual la presencia estadounidense en Colombia será "mínima". Esa es una de las razones, según McMullen, por las que su país busca la firma de acuerdos militares con Colombia. Es para tener acceso "en caso de que haya una emergencia humanitaria, un desastre, más problemas con las FARC (la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) o con otros grupos irregulares", dijo. "Pero, en general, nos estamos preparando para regularizar nuestra asistencia", añadió al diario. McMullen explicó que los acuerdos militares que su país negocia con el Gobierno colombiano, como el dirigido al uso compartido de bases en Colombia que ha causado malestar y polémica en países vecinos de Colombia, buscan modernizar convenios "de los años 50, de la Guerra Fría" y actualizar "convenios informales". Para el alto funcionario estadounidense, en la interpretación que de esos acuerdos han hecho ciertos líderes de América Latina "ha habido confusión". "No queremos ni tenemos planes de construir bases en Colombia. Hemos usado bases desde el principio del Plan Colombia (contra el narcotráfico)", detalló, al añadir que los convenios que se revisan actualmente se refieren a las tres bases colombianas que EE.UU. ya ha utilizado, pese a que fuentes colombianas hablan de hasta siete. "Queremos asegurar acceso a las tres bases", aclaró y apuntó a que Estados Unidos "está disminuyendo las tropas en Colombia, el promedio en los últimos dos años ha sido de menos de 300 soldados". Para McMullen, que dentro de su departamento se ocupa de la Oficina de Asuntos Andinos y Asuntos Brasileños, las opiniones que han emitido algunos dirigentes latinoamericanos sobre el acuerdo entre ambos países "parecen una travesura" y buscan "promover una idea que no existe". "Es algo de fantasía de algunas personas. Quizás fue que el presidente (de Colombia, Álvaro) Uribe no comunicó el acuerdo militar de una manera clara. Tal vez hay mucha especulación sobre esto", agregó. Asimismo, señaló que los comentarios acerca de la posibilidad de una situación bélica en la región "no son responsables". "Los alcances de la ampliación de ese acuerdo militar tiene que ver con las tres bases en las que había una colaboración desde hace una década. Además, los comandantes de las bases son y serán colombianos", comentó. Por otra parte, el funcionario estadounidense señaló que su país mantiene conversaciones con el Gobierno de Ecuador "para ver otras posibilidades de lucha contra el narcotráfico, (...) para ver si hay voluntad para cooperar" después de que finalizara el convenio que estableció una base de EE.UU. en la ciudad ecuatoriana de Manta. "Estamos optimistas, creemos que podemos expandir la cobertura para el Pacífico", dijo McMullen y rememoró que en la frontera con Colombia, Ecuador "ha desplegado como 10.000 soldados y toman medidas impresionantes contra las FARC".
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