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CAUSA ABIERTA

El hospital para animales salvajes en Brasil

El hospital para animales salvajes en Brasil

Cuidar de un pingüino varado en las costas de Rio de Janeiro, alimentar una iguana abandonada por un propietario sin escrúpulos o dar vitaminas a un león marino perdido es el día a día del equipo de veterinarios del zoológico de Niteroi, único que recupera animales salvajes abandonados o perdidos en Brasil. El equipo de 14 personas del ZooNit, al este de Rio, se dio como misión fundamental recuperar y reintroducir en su hábitat a estos animales. "Hacemos todo a nuestra alcance para cuidar a los animales lo más rápido posible, para que vuelvan rápido a su hábitat natural", explicó a AFP el biólogo Pedro Menezes. Es lo que Menezes trata de hacer con un león marino recién llegado al centro. Probablemente originario de la Patagonia, en el sur de Argentina, viajó ayudándose con las corrientes marinas antes de terminar varado en una playa carioca. Los veterinarios del ZooNit recogieron al mamífero extenuado y hambriento. Comenzaron por administrarle medicamentos y vitaminas. Como está muy débil incluso para alimentarse solo, el equipo del zoológico le introduce directamente el pescado en la garganta. "En el caso de este león marino, las posibilidades de rehabilitación (es decir, de que vuelva a la naturaleza) son muy pequeñas", indicó Menezes. Todos los animales no logran ser liberados y algunos pasarán el resto de su vida en el zoológico, como ocurre con dos parejas de leones recuperados en un circo. Giselda Candiotto, la presidenta del zoológico, recibe cada mes más de 100 animales, principalmente pájaros, pero también serpientes, monos y caimanes. "Se quedan una media de ocho a nueve meses con nosotros", explica. "Antes de liberarlos son pesados y marcados, para que podamos reconocerlos si vuelven aquí", detalló. "La gran mayoría de los especímenes que recibimos aquí proviene del tráfico de animales, las iguanas en particular", destacó Candiotto. "Recuperados durante controles, son policías (especializados en) medioambiente quienes nos los traen", sostuvo. El comercio de animales salvajes es considerado un delito en Brasil. Sin embargo, por su gran biodiversidad, Brasil es origen de uno de los mayores flujos exportadores clandestinos de animales salvajes, según un estudio de la ONG local Sociedad de Zoológicos. Los animales son en su mayoría capturados en las regiones del Norte, Nordeste y Centro Oeste, con destino a Sao Paulo y Rio para el tráfico interno, y Estados Unidos y Europa para el tráfico internacional. Este comercio ilícito representaría, según la ONG internacional de protección de la naturaleza WWF, unos 12 millones de animales vendidos por año; un mercado muy lucrativo que WWF estima en unos 10.000 millones de dólares anuales en el mundo. La ONG brasileña Red Nacional de Lucha Contra el Tráfico de Animales (Renctas) estimó por su parte esta cifra en unos 20.000 millones de dólares, en un reporte divulgado en 2001. Brasil representaría por sí solo a nivel local, un mercado de 900 millones de dólares. Estas cifras hacen del tráfico de animales salvajes el tercero más importante en el mundo en valor monetario, después de las drogas y las armas, según WWF y Renctas. Algunos de estos animales recuperados tienen suerte y logran recobrar su libertad. Es el caso de una boa constrictor y de una tortuga marina que fueron reintroducidos en sus hábitats esta semana por el ZooNit.

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