A un año de la guerra, el Cáucaso tiembla porque Georgia y Rusia vuelven a mirarse mal
Georgia y Rusia conmemoran este viernes el primer aniversario de la guerra que libraron por el control de la zona separatista georgiana de Osetia del Sur, en un marco de nuevas tensiones que causan preocupación internacional por la estabilidad del Cáucaso. El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, depositó una corona de flores en el monumento a los soldados muertos en combate, y pronunciará un discurso por la noche. En Tiflis se colocaron maniquíes vestidos con trajes militares rusos en la avenida central para simbolizar la ocupación rusa de los territorios georgianos, las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, cuya independencia fue reconocida por Moscú después del conflicto. Osetia del Sur, una región por la que se enfrentaron los dos países, organizará la mayoría de las ceremonias el sábado, debido a que el conflicto por el control de esta provincia empezó en la noche del 7 de agosto. Por su parte, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, defendió el papel de Rusia, y aseguró haber tomado solo todas las decisiones. "Era el único en tomar las decisiones", declaró durante una entrevista con el canal de televisión ruso NTV que será emitida por la noche, pero cuyo texto fue publicado por el Kremlin. Las ceremonias previstas en toda Georgia, en Moscú y en Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur, ocurren en momentos en que las tensiones siguen vivas en la región, lo que hace temer una reanudación de las hostilidades. Rusia acusa a Georgia de "provocaciones" cerca de Osetia del Sur, y de estar rearmándose con el apoyo de los occidentales, principalmente de Estados Unidos. Moscú puso a sus tropas desplegadas en la provincia separatista georgiana en estado de "vigilancia reforzada". La Unión Europea (UE), que había negociado un alto el fuego, expresó su preocupación por las tensiones, instó a que las ceremonias se desarrollen sin incidentes y exhortó a que el aniversario sea la ocasión de permitir el regreso de las personas desplazadas. La misión de la UE, única presencia internacional en la región, intensificó sus patrullas la víspera del aniversario. El presidente estadounidense, Barack Obama, y el vicepresidente, Joe Biden, llamaron respectivamente a los líderes ruso y georgiano para instarlos a la calma. Moscú y Tiflis siguen acusándose mutuamente de haber empezado el conflicto, que terminó con la derrota del ejército georgiano. "El 7 de agosto de 2008, las fuerzas armadas rusas (...) lanzaron un ataque masivo, coordinado y -considerando la envergadura de la empresa- premeditado contra Georgia", indica un informe de las autoridades georgianas publicado el jueves, que concluye que el ejército georgiano estuvo obligado a "replicar a lo que se estaba convirtiendo en una invasión". "Las pruebas reunidas, la importancia de la agresión georgiana, los preparativos militares, políticos y de propaganda permiten decir que el objetivo de la invasión de Osetia del Sur era eliminar al pueblo suroseto", contestó la fiscalía rusa en un comunicado. Por su lado, el presidente suroseto, Edouard Kokoity, acusó a las fuerzas georgianas de haber cometido "atrocidades". "Muchos dirigentes occidentales quieren olvidar que fue Georgia la que empezó la guerra el año pasado y apartar la vista de las atrocidades cometidas por el ejército georgiano", dijo en un comunicado, y consideró que "la Historia juzgará severamente a los dirigentes de Georgia". En el plano humanitario, un año después de la guerra, unas 30.000 personas, mayoritariamente de la 'etnia georgiana', siguen desplazadas, indica un informe publicado por la ONG Amnistía Internacional. Hasta ahora, nadie fue juzgado por las autoridades georgianas o rusas por las violaciones graves del derecho internacional ocurridas durante el conflicto e inmediatamente después", lamenta esta organización de defensa de los derechos humanos. (Foto de soldados georgianos en el cementerio de Tifliss)
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