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CAUSA ABIERTA

Para las jóvenes francesas el topless es una moda del pasado

Para las jóvenes francesas el topless es una moda del pasado

El famoso y tan francés "topless" o "monobikini" ha desaparecido de las playas de la Costa Azul. Sólo queda como un recuerdo en las tarjetas postales o es ejercitado por las turistas rusas, que llegaron tarde a esta revolución antipuritana de St. Tropez en la década del 60 y no saben lo que representa. Las francesas decidieron pasar el topless a la historia porque lo consideran una batalla feminista emprendida por sus abuelas en nombre de la liberación y ya ganada para ellas. Ahora prefieren la "nueva Modestia", con discretas bikinis o trajes de baños de una pieza que las protegen de la fuerza del sol y del riesgo del cáncer de piel. En la sofisticada playa Tahiti de Ramatuelle, las chicas de 18 y 20 años miran incómodas a mujeres con la edad de sus madres en "le top less", como lo llaman. No sienten que su libertad esté vinculada a las lolas al aire en público. Este giro cultural está siendo debatido en Francia como un nuevo fenómeno. Lo atribuyen al rechazo de la nueva generación a las conductas más liberales. "Algunas han decidido poner sus tops nuevamente. Otras -especialmente la nueva generación- nunca han soñado en ensayar la experiencia de la monobikini", escribió el tabloide francés Le Parisien. Una encuesta demuestra que el 24% de las mujeres se siente "perturbadas por el topless en la playa" y el 57% lo considera "aceptable en el jardín". La revista femenina Elle también hizo un reportaje sobre el regreso del pudor, "un valor que había sido colocado en el desván en mayo de 1968". Les recomendó a las feministas no desmayarse ante el rechazo de las jóvenes de proseguir su batalla. Pero las feministas se alarman de un eventual regreso al puritanismo. Y señalan que uno de los motivos de la negativa de las jóvenes a mostrar sus cuerpos es la nueva obsesión por medidas perfectas, que demanda la sociedad de consumo. Charlotte, que diseña moda en París y apenas ha pasado los 20 años, no tiene la menor intención de mostrarse en topless en la playa. "Me molestan la mirada intrigante de los hombres y las sonrisas curiosas de las chicos de mi edad. Me irrita", afirma.
Los tiempos han cambiado. Tanto que en Paris Plage, esa playa artificial construida sólo por el verano a lo largo del río Sena en la capital francesa, tomar sol en topless esta penado con una multa. Hasta el alcalde de St. Tropez llamó a romper con el estereotipo: dijo que las tarjetas postales que muestran a los francesas en mono bikini en la Costa Azul son piezas de museo porque unas pocas mujeres la practican. El sociólogo Jean Claude Kauffman considera que "nosotros estamos siendo testigos de un regreso a valores más seguros y con orientación familiar. Modestia y discreción están a la orden del día".

 

 

 

 

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