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CAUSA ABIERTA

Violencia en Caracas golpea a dos familias colombianas

Violencia en Caracas golpea a dos familias colombianas

Orlando Oquendo (de Cartagena) se habría resistido al robo de su carro y fue asesinado a tiros, lo mismo que su hijo Argenis y un amigo. A Joyce Vásquez (de Cali) la mataron de un tiro en la cabeza. Con el acento intacto, a pesar de tener ya más de 35 años en Venezuela, la señora Sandra Mafla contesta, estremecida y llorosa, que es de Cali, que terminó sus estudios de primaria en el estado venezolano de Táchira y que es costurera. Le gustaría que el motivo de la entrevista fuera otro que la desaparición física de su hija, Joyce Vásquez, de 22 años, a quien asesinaron de un tiro en la cabeza y cuyo cuerpo tiraron al río Guaire, en Caracas. El reconocimiento del cuerpo, en la morgue, lo hizo un tío de la muchacha, pues los forenses le recomendaron no verla. Esa imposibilidad, junto con la tristeza, le dejan espacio a la negación. "Será porque soy la madre, pero no me dejaron verla, no la toqué. Por el monitor vi un poco y la carita le quedó muy malita. Todavía no creo que sea ella, tengo dudas", dijo a EL TIEMPO, recordando cómo se parece el dolor que siente hoy al que sintió hace 6 años, cuando perdió a su esposo, también asesinado de 9 tiros. Un dominicano, padre de sus dos hijos, al que recuerda como un hombre tranquilo y pacífico. Inseguridad no respeta condición social ni nacionalidad. Aún así ella dice que vive en un barrio tranquilo en la zona de San Bernardino, en Caracas, una ciudad en la que la inseguridad ciudadana se ha convertido en un flagelo que no respeta condición social ni nacionalidad y que los venezolanos (habitantes de cualquier zona del país), según las encuestas, hoy apuntan como su principal problema, por encima del desempleo y la pobreza. Pero esta semana fue especialmente fuerte para familias colombianas, pues además del hallazgo de la señora Sandra, otra familia oriunda de Cartagena contó dos tragedias por culpa de unos ladrones. Todo ocurrió este domingo, en la 'zona roja' que es el barrio de Petare, cuando Oquendo, de 43 años, al parecer se resistió al robo de su carro y fue asesinado a tiros. Igual suerte corrieron su hijo y un amigo de éste, Jesús Esteila. Del tiroteo sólo se salvó un bebé de dos años y medio, hijo de Argenis, quien recibió tres impactos de bala pero está fuera de peligro. Lo mismo que la señora Mafla, el señor Oquendo tenía más de 30 años en Venezuela y allí fundó su familia. Su sobrina fue la única con fuerza para contestar algo a EL TIEMPO. "Siempre hemos vivido en Petare pero nunca habíamos vivido esto. No tenemos idea quienes son los culpables". Petare es una de las zonas más densamente pobladas de la capital venezolana y lugar de asentamiento de la principal colonia colombiana del país. Según los últimos datos oficiales, está ubicada en el municipio Sucre, que es el segundo más peligroso de Venezuela. Solo allí, durante los primeros 6 meses de este año, han ocurrido 360 asesinatos. Según esos datos oficiales en la capital venezolana han ocurrido 1.448 asesinatos durante el 2009 y se proyecta que sobrepasarán los 3.000. Los "ajustes de cuentas", "resistencias al robo" y el sicariato son las principales razones de estas muertes violentas.

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