Miles de quilombos fundados por esclavos esperan reconocimiento en Brasil

Miles de 'quilombos' en todo Brasil, como son conocidas las remotas aldeas fundadas hace siglos por esclavos fugados, esperan reconocimiento y ayuda del gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva como una señal de reparación histórica. Los quilombos son el "símbolo vivo del acto de lesa humanidad, la esclavitud, que el país ejerció durante casi 400 años", afirmó en entrevista con la AFP el presidente de la Fundación Palmares que tutela estos territorios, Zulu Araujo. Esa entidad calcula que existen en todo Brasil unos 3.500 de esos territorios, con tres millones de habitantes, pero apenas 105 han conseguido título de propiedad y otros 831 están en proceso, informó a la AFP el oficial Instituto de Reforma Agraria (INCRA). Acabado de llegar al poder con la promesa de enfrentar la abismal desigualdad social de Brasil, Lula anunció en 2003 una política para reparar la deuda histórica con los afrodescendientes y reconocerles la propiedad ancestral de esos territorios, a través de un decreto que enfrenta una acción de inconstitucionalidad en la Corte Suprema. "Ese decreto es una medida compensatoria y reparadora de todas las crueldades que la comunidad negra sufrió en Brasil durante 400 años (de esclavitud) y todavía sufre con la discriminación racial que persiste", explica Araujo. Buena parte de esos territorios y aldeas creados por los esclavos que huían del hombre blanco, se mantienen en áreas aisladas. "Esas personas no existían para el Estado brasileño antes de este reconocimiento", explica Araujo. Por eso lo que se pondrá en juego con la decisión de la Corte Suprema "es la agenda social para los 'quilombos" y "toda la política de acciones afirmativas desarrolladas por el gobierno y el país que queremos: uno dividido en parcelas brutalmente excluídas o uno que promueva la igualdad", señaló. Tras la promulgación de la Constitución en 1988, Brasil fue acelerando el reconocimiento de territorios indígenas y lanzó una reforma agraria, políticas que generaron conflictos con grandes hacendados y propietarios rurales. Aunque el tamaño de los quilombos, últimos en ser reconocidos, es mucho menor que el de las reservas indígenas por ejemplo, muchos entran en conflicto con productores rurales que podrían ser expulsados. Brasil es el segundo país con mayor población negra del mundo luego de Nigeria: la mitad de la población de 190 millones es negra o mestiza.