Francesa presa en México asegura que es inocente y llevará su caso a tribunal internacional

La secuestradora francesa Florence Cassez, condenada en México a 60 años de prisión y cuyo traslado a Francia fue negado el lunes por el Gobierno mexicano, dijo hoy que es inocente, que los testigos en su contra fueron manipulados y su detención un montaje para la televisión. Además aseguró, en entrevista con una radioemisora mexicana, que estudia con sus abogados llevar su caso a instancias internacionales, aunque aún no está definida la estrategia legal. Cassez fue detenida en 2005 acusada de colaborar con su novio Israel Vallarta, jefe de la banda de secuestradores "Los Zodiaco", y sentenciada inicialmente a 96 años, pena que fue rebajada después a 60 años de prisión. Por su traslado a Francia pidió el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pero el mandatario mexicano, Felipe Calderón, negó entregarla porque en el país europeo podría bajársele la sentencia o anularla. La captura de Cassez fue recogida por una cámara de una televisora, pero después las autoridades admitieron que la detención fue recreada para la televisión. La francesa dijo hoy al noticiario radial Atando Cabos que tuvo la "osadía de decir lo que pasó" el día posterior a la detención, de cómo se realizó el montaje de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para la televisión mexicana. A partir de esa denuncia "hubo saña" en su contra, dijo al asegurar que además fueron manipulados los testigos, víctimas de la banda "Los Zodiaco". Indicó que ella fue víctima de un linchamiento mediático de las autoridades para mostrar su eficacia contra las bandas de secuestradores. Insistió, como lo afirmó el lunes a medios franceses, que la decisión de que cumpla su condena de 60 años de cárcel en una prisión en México significa para ella una "sentencia de muerte". Testigos han afirmado que Cassez estuvo involucrada en sus secuestros, además de que un presunto plagiario, detenido en semanas recientes, manifestó que la francesa organizó dos raptos como parte de "Los Zodiaco". México vive una ola de violencia desatada por el crimen organizado, principalmente por el narcotráfico, pero también por bandas de secuestradores que se ensañan con sus víctimas al cortarles dedos o matarlos aun cuando sus familiares pagan por su rescate. El tema del secuestro alcanzó un clima álgido en agosto pasado cuando fue descubierto el cadáver de un adolescente que había sido plagiado y por cuya liberación su padre, Alejandro Martí, un empresario deportivo, pagó a los delincuentes. El hecho movilizó a la sociedad mexicana que organizó una manifestación en la capital del país, con la participación de decenas de miles de personas que vistieron de blanco. También obligó a las autoridades federales, estatales y municipales a establecer acuerdos para frenar el secuestro.