La revista católica Familia Cristiana arremete hoy contra los escándalos en los que está envuelto el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, y su director afirma que "todo tiene un límite y el límite de la decencia ha sido superado". El director de Familia Cristina, Antonio Sciortino, escribe una carta de respuesta a sus lectores que le piden que explique su posición sobre los escándalos en lo que se ha visto envuelto Berlusconi, ahora por las revelaciones de mujeres que aseguran haber asistido a sus peculiares fiestas. "El problema del ejemplo personal es inseparable para cualquiera que acepte un cargo público. En otras naciones si los políticos no se atienen a la reglas, o tienen un comportamiento discutible, se ven obligados a dimitir", refiere. Y se pregunta: "¿Por qué tanta diferencia en Italia?. La autoridad sin la ejemplaridad del comportamiento no tiene ninguna ni fuerza moral. Es pura hipocresía o conveniencia de intereses privados". Sciortino asegura, en referencia siempre a Berlusconi, que "quien ejercita el poder, aunque sea con un amplio consenso del pueblo, no puede pretender una 'zona franca' de la ética". "Frente a la polvareda mediática sobre los asuntos del primer ministro, los problemas reales del país (familia, trabajo, inmigrantes, reformas...) han pasado a segundo orden", añade. "Hay que esperar cuanto menos -agrega-, que de la política de 'camera da letto' (habitación) se pase a verdadera política de la cámara del Parlamento y se vean restituidas sus dignidades y funciones antes de que la confianza de los ciudadanos hacia las instituciones tome un camino sin retorno". El director de Familia Cristiana mantiene que alrededor de los escándalos que rodean al primer ministro se notan ciertos "silencios pesados", pero "la Iglesia no puede abdicar de su misión en esta emergencia moral en la vida pública del país". Y advierte que "ninguno piense en atraerla con promesas o chantajearla con amenazas para que no intervenga y calle". "Los cristianos (como demuestran las cartas de nuestros lectores) -sostiene- están amargados y desconcertados por este clima de decadencia moral de Italia y a la espera de una evaluación ética realizada por la Iglesia". Según el director del semanario, no se puede pretender que "no está ocurriendo nada, o hacer caso omiso de las molestias que sufren cada vez más amplios sectores de población, y los cristianos en particular". "En efecto, el problema del ejemplo personal es inseparable para cualquiera que acepte un cargo público", concluye. El pasado 21 de junio el obispo de Lanciano-Ortona, Carlo Ghidelli, aseguró que el primer ministro "no debe ilusionarse con que la Iglesia calle. La Iglesia no reprocha nada a nadie, pero es evidente que los obispos tenemos una precisa moral que defender". Familia Cristiana y el prelado hacen referencia a las fiestas organizadas por Berlusconi, a las que, según las denuncias, acudían jóvenes a las que se pagaba por asistir, alguna de la cuals asegura haber mantenido relaciones sexuales con el jefe del Gobierno.
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