Miles de uruguayos hacen cola en España para escapar de la crisis y de la xenofobia
Con el fantasma de la crisis en la nuca muchos inmigrantes que residen en España piensan en regresar. Ya 139 uruguayos se acogieron al Plan de Retorno y 4.000 esperan que la Oficina Internacional de Migraciones les pague el pasaje para volver. Alfredo Godoy es uruguayo y hace ocho años que vive en Palma de Mallorca, planea acogerse al Plan de Retorno Voluntario y regresar a su país en diciembre. "Tengo trabajo aquí en España, pero me llama mi tierra", confesó a El País. Godoy, que volverá junto con su esposa, afirma que "además de que se extraña, uno nunca sabe lo que puede pasar con el tema de la crisis" económica. "Está muy, muy mal la cosa, más de lo que se dice", afirmó. Adriana Furtado, que vivió 10 años en España, volvió hace tres meses a su verdadera "madre patria". "Tenía un pequeño negocio. Con la crisis ya son muy pocas las pequeñas y medianas empresas que quedan. Y el gobierno todavía parece que no reacciona, no se da cuenta de la situación que tiene encima", declaró a El País. Furtado no se acogió al Plan Retorno, vendió su tienda y emprendió la retirada. "Si la situación allá no está bien, lo más lógico es que una vuelva", señaló. Según difundió ayer la secretaría de Estado de Inmigración y Emigración de España, en el primer trimestre de 2009 la contratación de extranjeros en origen alcanzó los 6.947; la cifra parece ínfima si se compara con los 136.604 de 2008 y 178.340 de 2007. En tanto, el Ministerio de Trabajo señaló el lunes que unos 6.077 ciudadanos residentes en España se acogieron al Plan de Retorno, entre ellos hay 139 uruguayos, de 163 solicitantes, que obtuvieron el beneficio. La iniciativa, que se puso en marcha en noviembre de 2008, consiste en que aquellos inmigrantes que se presten a regresar a sus países de origen serán beneficiados con el cobro del subsidio de empleo, el cual se pagará en dos partes: el 40% en España y el 60% al llegar a sus respectivas tierras. A cambio se comprometerán a no regresar al país al menos por tres años. Para Gustavo Álvarez, secretario de migración del Centro Uruguayo en Madrid, este Plan "no alcanza". "El Retorno Voluntario es para esas personas que llevan trabajando legalmente en el país al menos dos años y tienen derecho a paro, pero hay una cantidad de uruguayos que no cumplen con esos requisitos", expresó a El País. Y agregó: "A nosotros nos preocupa lo que sucede con los uruguayos que esperan acogerse a otro plan que siempre existió, que es a través de la Oficina Internacional de Migraciones, y que hace dos meses que se cerró". Ese Plan consiste en pagarle el pasaje de regreso a quienes estén "en una situación marginal" y quieran regresar a su país. Según Álvarez hay 4.000 uruguayos a la espera de que se abran cupos para poder volver. Por esta mecanismo 1.007 inmigrantes regresaron a sus respectivos países en 2008. "Hay una preocupación muy grande en la colonia también por los entre 12.000 y 15.000 uruguayos que están sin papeles -dice Álvarez-. Estos son los principales afectados por la crisis que golpeó a la construcción y al sector de servicios". Según el secretario, en España hay unos 90.000 uruguayos en total y se prevé que la cifra de ilegales llegue a 20.000 para el primer trimestre de 2010. Xenofobia. "La crisis repercute en lo que es la xenofobia y el racismo", sostiene Álvarez. El desempleo se duplicó en España desde que comenzó la crisis internacional; esto significa 4 millones de personas sin trabajo en el primer trimestre de 2009. El 27% de los inmigrantes están desocupados. "Hay permanentes controles policiales, en los metros, supermercados y en los locutorios. Los agentes van directamente a cazar inmigrantes. Ni siquiera se puede tomar mate", sostiene el portavoz del Centro Uruguayo en Madrid. La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración de España, Consuelo Rumí, señaló ayer que "el gobierno está atento y no baja la guardia" para poder evitar las "expresiones de xenofobia y racismo". Y agregó que se elaborará una "estrategia nacional" para luchar contra estos fenómenos. Aunque muchos evalúan su regreso, la vuelta al país a veces no es como se sueña. "Veo que cambiamos mucho en 10 años", sostuvo Adriana Furtado, que regresó hace tres meses. "Todavía no diría que estoy arrepentida, pero me da pena que Uruguay esté tan atrasado con respecto a otros lugares", añadió. Furtado no vino sola, "traje una importación", confiesa mientras ríe. Ella se refiere a Agustín Fernández, el español de 51 años que es su pareja. "En Uruguay veo que hay cosas muy conflictivas, como la excesiva burocracia, y otras que las absorbes sin preocupación", admite Fernández. Él no siente nostalgia por la Madre Patria. "Sinceramente no extraño España. Un país, una bandera, un himno, una nación, representan una ínfima parte del ser de una persona, lo importante es estar bien con los que tienes al lado".
"Volvimos por el Plan de Retorno Voluntario y nos trajimos todo"
"Decidí volver a Uruguay por un tema puramente familiar, no económico. Nos acogimos al Plan de Retorno Voluntario y además nos trajimos el coche y todo lo que teníamos en nuestra casa. Hacía 7 años que vivíamos con mi marido en España". Esta es la historia de María Verónica Goñi, que regresó del viejo continente hace tres meses con su marido. Goñi, amparada por la ley 18.250 y el decreto 572 de 1994, decidió volver a Uruguay con todas sus pertenencias. Para hacerlo contrató a Sienra y Albano Limitada., una de empresas de despachantes de aduana que da asesoramiento para mudanzas internacionales. "Nuestro trabajo sale de 7.000 a 8.000 pesos. Hacemos todo el operativo desde que la persona está en el extranjero, lo asesoramos con los fletes y las documentaciones, y cuando ya está acá los llevamos de la mano en todos los trámites para que pueda sacar la mercadería del puerto", señaló a El País, José Enrique Sienra, propietario de la firma de despachantes.
Pero este gasto no es el único que el inmigrante tie-ne a la hora de regresar. Por un contenedor de 40 pies -12,03 de largo, 2,34 de ancho, 2,39 de alto y 67 metros cúbicos de volumen-, en el que caben las pertenencias de una familia tipo y un auto, quien se mude deberá pagar unos 250 dólares a un operador portuario que lo descargue. Y otros US$ 180 se llevará la Administración Nacional de Puertos (ANP). Además, mientras se realiza el trámite sus pertenencias deberán ser guardadas en un depósito fiscal. Varios de estos, privados, operan en el Puerto de Montevideo y cobran unos 400 dólares. O sea que en total, desde la llegada del contenedor al puerto hasta que las pertenencias son retiradas, el inmigrante que regresa abona un promedio de US$ 1.200.
Las cifras
90.000 Es el número de uruguayos que reside en España. Entre ellos, según el Centro Uruguayo en Madrid, hay 15.000 sin papeles.
6.947 Es el número de extranjeros que fueron contratados en España en el primer trimestre de 2009. En 2008 la cifra llegó a 136.604.
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