Cae en Chile doble homicida argentino que estuvo prófugo 19 años
Miguel Ángel Ibáñez Fortun lleva en sus espaldas dos penas de prisión perpetua por matar a un taxista y a un delincuente. En 1990 se escapó del Penal. Tenía un comercio en la capital trasandina. Pasaron 19 años desde que Miguel Ángel Ibáñez Fortun, alias El Loco de la Colcha, pensó que su fuga del Penal, donde descontaba dos penas de prisión perpetua por homicidio agravado y homicidio calificado, había quedado en el olvido. Había decidido rehacer su vida bajo un nombre falso en Santiago de Chile, donde junto con su familia mendocina, que lo había alcanzado allá, habían montado primero un minimarket y actualmente atendían una panadería. Concretamente, gozaban de un buen pasar económico.Sin embargo, el brazo de la Justicia lo alcanzó 19 años después gracias a la tarea conjunta del Servicio de Inteligencia de Chile y personal de la Comisaría 33, que depende de la subjefatura Centro, ubicada en el barrio San Martín de Ciudad. Ahora desde el Juzgado de Ejecución Penal se están efectuando todos los trámites pertinentes para solicitar su extradición. De no haberse producido su arresto, en noviembre hubiera prescripto la acción penal.
Miguel Ángel Ibáñez Fortun, alias El Loco de la Colcha, había sido condenado a prisión perpetua por haber cometido dos crímenes. Los expedientes de la Cuarta Cámara del Crimen, cuyos magistrados impusieron la severa pena, datan de marzo de 1989 y tienen los números 2535/13.186 y 12.824. Las imputaciones de homicidio agravado y homicidio calificado eran originarias del Sexto Juzgado de Instrucción, en aquella época a cargo de Alejandro Gullé. Los expedientes son: 128.245 y 128.246. La imputación fue por los asesinatos de un taxista y de un delincuente conocido como El Sapo González. Corría 1990 cuando el entonces gobernador de la provincia, José Octavio Bordón, se dispuso a cenar en el Penal con varios convictos con motivo de las fiestas de fin de año. Ibáñez Fortun, según trascendió, habría participado de esta cena. Pocos días después, el reo escapó del pabellón de máxima seguridad cuando se enteró de que la Corte de la Nación había confirmado la pena. Por este suceso, que provocó gran conmoción dada la peligrosidad del fugitivo, fueron procesados dos agentes del Servicio Penitenciario por favorecimiento a la evasión, quienes no fueron reintegrados a sus labores.
A lo largo de estos años, el caso Ibáñez Fortun quedó grabado en la memoria de los efectivos de la Policía de Mendoza. Se hablaba del tema, pero lo que más había llamado la atención era que no se hubiera librado orden de captura en su contra, hasta el año pasado. Y es que los efectivos de la Comisaría 33 habían conocido un rumor que indicaba que el fugado podía estar escondiéndose en Chile y se lo hicieron saber al Juzgado de Ejecución Penal, que libró la orden de captura. Los efectivos mendocinos recurrieron al Servicio de Inteligencia de Chile con el fin de establecer si se podía ubicar el sitio donde se había ocultado. La mayor dificultad que debían afrontar los pesquisas de ambos países era el hecho de que tenían la convicción de que el fugitivo se había cambiado la identidad. O sea, que era como buscar una aguja en un pajar.Sin embargo, esto no fue un impedimento para que los efectivos chilenos sigilosamente mantuvieran bajo control el pedido de los policías argentinos. Finalmente, la perseverancia de los investigadores dio frutos y fue así como el 29 de abril pasado fue arrestado en Santiago de Chile.
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