Científicos mexicanos exportarán vida a Marte
Es el año 2050. Los seres humanos han colonizado el planeta Marte y viven en micro ciudades encapsuladas que los protegen de las caídas de meteoritos y tormentas de polvo. Nosotros nos hemos convertido en los marcianos que habitan el planeta rojo, un segundo hogar como alternativa a la Tierra, tras un proceso de colonización espacial que alguna vez fue iniciado por científicos mexicanos. Por ahora la idea es una historia de ciencia ficción, pero como ocurre a menudo con ese género y en este mundo, parece ser la antesala del futuro. Actualmente un proyecto de investigación financiado por la Agencia Espacial Estadounidense, NASA, y la Universidad Autónoma de México, UNAM, entre otras instituciones, está dirigido a la colonización de Marte en las próximas décadas. Los investigadores estiman que el hombre llegará a la superficie de Marte en el año 2030 y que los humanos estarán habitando el planeta bajo condiciones experimentales dos décadas después. "Ahora podemos exportar vida fuera de nuestro planeta", dijo Rafael Navarro González, científico del Instituto de Ciencia Nucleares de la UNAM y presidente de la Sociedad Mexicana de Astrobiología, en conversación con BBC Mundo. Navarro se encuentra esta semana en Viena, ciudad a la que viajó para recibir la medalla "Alexander Von Humboldt", un galardón que se entrega a científicos de países en vías de desarrollo que se han destacado en las ciencias planetarias.
La colonización del espacio
"Conocíamos los viajes espaciales como parte de misiones científicas. Hoy se ha desarrollado el turismo espacial, pero muy pronto surgirá el interés económico por explotar los minerales que existen en la Luna y en Marte", señaló el científico.
El equipo en el que trabaja Navarro está desarrollando experimentos en el Pico de Orizaba, una montaña ubicada en la ciudad de Veracruz, donde crecen pinos a 4.100 metros de altura.
En este lugar los investigadores intentan descubrir cuáles son las condiciones óptimas para que ciertas especies vegetales puedan vivir en Marte.
Estos son los primeros pasos de una línea de investigación que se va a desarrollar en distintas fases.
Calentar el planeta
En Marte hace mucho frío. Las temperaturas llegan a menos 55º centígrados, razón por la cual el agua que existe en el planeta está constantemente congelada.
Es por ello, según Navarro, que la primera etapa del proceso de "terraformación" de Marte es aumentar su temperatura.
Para eso, el equipo de investigadores ha decidido que la mejor opción consiste en producir ciertos gases responsables de generar el "efecto invernadero", el mismo que aquí en la Tierra está provocando el cambio climático.
La idea es que esos gases generen un aumento de la temperatura que permita llegar a 0º en algunas zonas del planeta, convirtiendo a la superficie marciana en un lugar más habitable para organismos terrícolas.
Aire para respirar
Logrado ese objetivo, el paso siguiente es la exportación de bacterias que sean capaces de hacer fotosíntesis y liberar oxígeno a la atmósfera marciana, que está constituida en más de un 95% por dióxido de carbono.
Si la creación de oxígeno por parte de bacterias da resultados, entonces se generarían las condiciones necesarias para la introducción de árboles, animales y posteriormente seres humanos.
Pero todo este proceso podría demorar cientos de años antes de que los seres humanos puedan caminar libremente por la superficie marciana en una atmósfera respirable. Si es que algún día lo llegan a hacer.
Por ahora los investigadores apuntan a crear pequeños asentamientos encapsulados que podrían llegar a convertirse en las primeras experiencias de habitabilidad en Marte.
Sin embargo, los experimentos están en una fase preliminar que podría sufrir transformaciones en los próximos años, especialmente luego que el hombre llegue a Marte en 2030, fecha definida por la NASA como el momento para el inicio de esta nueva colonización del espacio.
Por lo pronto, lo concreto es que este equipo de científicos mexicanos está dedicando gran parte de sus esfuerzos a lograr que en el Pico de Orizaba los pinos sobrevivan en zonas todavía más altas que los 4.100 metros, algo que les permitiría dar un pequeño paso en la gigantesca aventura de exportar vida a Marte. (BBC)
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