El Papa presidió la Vigilia Pascual
Benedicto XVI condujo uno de los ritos más antiguos de la liturgia ante miles de personas. En la instancia habló de la desorientación que vive hoy día la humanidad. Benedicto XVI presidió esta noche en la basílica de San Pedro del Vaticano la Vigilia Pascual, en la que dijo que el hombre actual vive desorientado, sin saber en que valores educar a los jóvenes y en la que pidió a Dios que no se apague su luz entre las confusiones de estos tiempos. "¿Cuánta compasión debe sentir Cristo en nuestro tiempo por tantas grandilocuencias, tras las cuales se esconde en realidad una gran desorientación?. ¿Dónde hemos de ir?, ¿cuáles son los valores sobre los cuales regularnos?, ¿cuáles son los valores en que podemos educar a los jóvenes, sin darles normas que tal vez no aguantan o exigirles algo que quizás no se le debe imponer?, se preguntó el Papa.
El anciano Pontífice agregó que Cristo es la luz y pidió que la llama que ha encendido en los hombres "no se apague entre las confusiones de estos tiempos, sino que sea cada vez más grande y luminosa".
El Obispo de Roma hizo esa manifestación durante la homilía, en la que explicó que la luz, el agua y el canto nuevo, el aleluya, son los tres símbolos de la Vigilia Pascual.
Benedicto XVI celebró en la basílica de San Pedro del Vaticano la Vigilia Pascual, durante la que administró los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión, a cinco adultos, tres mujeres y dos hombres procedentes de Italia, China y EEUU.
La ceremonia comenzó en el atrio de la basílica, donde Benedicto XVI bendijo el fuego nuevo y encendió el Cirio Pascual, símbolo de Cristo, "Luz del Mundo". Después, comenzó la procesión hacia el altar mayor, en medio de una total oscuridad y silencio en el templo, iluminado poco a poco con las velas de las miles de personas que llenan la basílica, encendidas con la llama procedente del Cirio Pascual.
Una vez llegado al altar se encendieron todas las luces y un diácono comenzó el canto del Exultet, o pregón pascual, un recorrido sintético de la historia de la salvación. Tras la "liturgia de la luz" se celebraron la de la palabra y la bautismal. El Papa administró los tres sacramentos de la iniciación cristiana a cinco adultos, uno chino, otro estadounidense y tres italianos. (El Observador)
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