La mirada de la BBC al golpe de Estado en Argentina hace hoy 33 años
El 24 de marzo de 1976 cambió la historia argentina. Han pasado 25 años, pero ni el tiempo ha logrado acallar el eco de aquel golpe de Estado que dejó tantas huellas y abrió tantas heridas. "Fue la crónica de una muerte anunciada", recordó para la BBC, Federico Storani, quien fuera el ministro del Interior hasta hace unos días. Según recuerda el ex ministro, nadie con un poco conciencia política podía ignorar que el derrocamiento del gobierno de María Estela "Isabelita" Martínez de Perón era sólo una cuestión de tiempo. "Para decirlo con toda sinceridad, había un sentimiento contradictorio. La violencia se había expandido y los cruces entre sectores armados era tan grande, que el terror imperaba en la calle. Gente de buena fe decía que el golpe resultaría en un monopolio de la represión que pondría orden a la situación", explicó Storani. "Otros, por supuesto, éramos más escépticos", agregó. Lo cierto es que en esa época grupos de extrema derecha y de izquierda se enfrentaban continuamente aprovechando la debilidad del gobierno democrático. El propio comandante en jefe de la junta militar Jorge Rafael Videla explicó tras el golpe que esta medida había sido "la única respuesta posible a la crítica situación".
"La gente lo estaba pidiendo", me dijo un señor en la Plaza de Mayo. "Es verdad que parecía inevitable y muchos lo tomamos hasta con alivio", explicaba otro.
El problema fue después, ya que la mayoría no esperaba un recrudecimiento de la violencia.
"Uno piensa que está pasando lo peor y que no puede empeorar más la situación. Bueno, así fue, muchos argentinos pensaron que el golpe era necesario porque había mucha violencia. Yo creo que nunca se imaginaron lo que vendría después", señaló Beinusz Szmukler, presidente continental de la Asociación Americana de Juristas.
Sólo algunos intelectuales anticiparon la instauración del terrorismo de Estado.
"Las características de violencia que se vivía en ese entonces en la Argentina, sobre todo por la fuerte violencia guerrillera y su represión, hacía prever que este nuevo golpe, este ’proceso de reorganización nacional’ como le llamaron los militares, podía ser un antecedente nefasto en materia de derechos y libertades", explicó Ricardo Gil Lavedra, ex ministro de Justicia y parte de la Cámara Federal que juzgó a los militares tras el regreso a la democracia en 1983. "El terrorismo de Estado usó un arma muy eficiente para atemorizar: las desapariciones. Y es que no es lo mismo saber si tu ser querido está en la policía. Lo peor es vivir con la nada", opinó Beinusz Szmukler.
Según datos oficiales, hubo casi 9.000 desaparecidos durante los siete años que duró el régimen militar. Los grupos de derechos humanos aseguran que por lo menos hubo 30.000.
Lucha contra la impunidad
Argentina fue, en realidad, el único país que juzgó a los jefes militares una vez finalizada la dictadura. Esto fue posible porque el régimen perdió toda su fuerza tras la derrota de las islas Malvinas o Falkland.
"La transición a la democracia fue muy distinta a otros países. No fue como en Chile, donde los militares pudieron negociar su salida y asegurarse su amnistía. Aquí fue distinto y sí hubo un enjuiciamiento de los militares durante el gobierno de Alfonsín", especificó Federico Storani, quien fue diputado del Congreso en esa época.
"Luego hubo que poner límites y salieron las leyes de obediencia debida y punto final. Pero aun con estas leyes los máximos responsables fueron condenados, muchos a cadena perpetua. Ahí no se estaba hablando de impunidad.
Otra cosa fue cuando llegó Carlos Menem y los indultó. Nosotros estuvimos en contra del indulto", concluyó.
En Argentina muchos defienden la necesidad que hubo en ese entonces de sancionar esas leyes. También recuerdan que el Estado indemnizó a las víctimas de la represión y, según pude comprobar en las calles de Buenos Aires, muchos piensan que ya es hora de dejar de escarbar en el pasado para poder mirar al futuro.
Sin embargo, para los grupos de derechos humanos y los familiares de los desaparecidos, el país no tendrá futuro si no se lucha contra la impunidad.
"El Estado dictó una legislación que establecía reparaciones económicas para familiares y detenidos. Eso fue sumamente positivo, porque al dictar esas leyes asumió de cierta manera su responsabilidad. Pero se necesita ir más allá de la compensación económica. Los familiares tienen el derecho a saber la verdad y también se necesita el castigo de los responsables", sentenció Víctor Amovrich, director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Hoy por hoy, hay muchos militares procesados y arrestados por el robo de bebés en cautiverio, ya que este delito no está contemplado en las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Asimismo, se están llevando a cabo los llamados juicios de la verdad por medio de los cuales los familiares intentan conocer el paradero de sus seres queridos.
Estos juicios están teniendo pocos resultados concretos y al final los grupos de derechos humanos han buscado otros caminos para conocer la verdad, como el CELS que pidió la nulidad de las leyes antes referidas.
Todos estos procesos son largos y tortuosos, pero los familiares tienen la esperanza de que su esfuerzo dé frutos, ya sea en Argentina o en otros países como España, Francia o Italia, donde también hay causas abiertas en contra de los militares argentinos involucrados en la represión.
"Muchos de los familiares conocen el nombre, el domicilio y la cara de aquellos que asesinaron y torturaron a sus seres queridos. Y sin embargo nunca han tomado la justicia en sus propias manos, pese a la frustración por no poder hacer nada", explicó Juan Carlos Martínez, autor del libro ’La Abuela de Hierro’.
"¿Y sabes por qué no han hecho nada? Porque no buscan venganza, buscan justicia, buscan la verdad", agregó.
Y más que la justicia, para muchos lo importante es encontrar aquel nieto o aquel hermano que fue arrebatado de sus padres, quienes fueron desaparecidos.
La memoria garantiza el "nunca más"
Con motivo del 25º aniversario del golpe, los organismos de derechos humanos han organizado varios eventos con el objeto de que la memoria ayude a que esta historia no vuelva a repetirse en Argentina nunca más.
"Es nuestra prioridad crear una memoria que, a través del recuerdo activo, siente los pilares de una conciencia social capaz de evitar la repetición del pasado autoritario y de construir una democracia basada en el respeto a los derechos fundamentales", decía la convocatoria a los distintos actos de homenaje.
Y seguía, "los 25 años deben servir para realizar un avance sustancial en la toma de conciencia sobre el respeto y la garantía de los derechos humanos y la defensa de las instituciones democráticas".
Estos ejercicios para revalorizar el sentido de la democracia, que incluyeron una marcha a la Plaza de Mayo y un concierto de música popular, también quedaron registrados en los cuadernos de miles de escolares de Buenos Aires, que tuvieron una clase alusiva al golpe en el "Día de la Memoria". BBC.Mundo.
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