Aunque se creyó que el niño era portador del virus de la rabia los análisis realizados por el Instituto Nacional de Salud descartaron que se tratara de esta enfermedad. Desde hace una semana, el joven había sido sometido a un coma inducido, para evitar que la enfermedad llegara hasta su cerebro. Su muerte se produjo esta mañana en el Hospital Universitario de Santander, en Bucaramanga. Tras conocer los resultados de los análisis, el jueves pasado la dirección del Hospital convocó a un comité médico para seguir estudiando y evaluando la salud del menor. Allí se determinó que lo iban a sacar del coma inducido, pero manteniéndole el respirador mecánico, debido a que presentaba una neumonía. Pero inexplicablemente esta madrugada el niño falleció, luego de sufrir, al parecer, un paro cardiorrespiratorio. El Tiempo.com
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