Ingrid, la soberbia peligrosa: duras críticas a Betancourt de tres compañeros de cautiverio
Es una demoledora narración de dolor y perseverancia, de días con la mente entumecida por el aburrimiento por permanecer en jaulas en medio de la selva, jornadas de extenuantes caminatas encadenados, bombardeos pero con un milagroso rescate al final. Lo más destacable de la crónica de los 1.967 días en que tres contratistas militares estadounidenses resistieron el cautiverio en poder de la guerrillera FARC es la descripción del comportamiento humano sometido al secuestro. Una de las revelaciones más polémicas en el libro Out of Captivity (Fuera del Cautiverio) es cómo se sentían respecto a su compañera de confinamiento Ingrid Betancourt. El libro, que se vende desde ayer en Estados Unidos, fue escrito a "seis manos" por Marc Gonsalves, Keith Stansell y Tom Howes. A lo largo de las 457 páginas de narración, los tres ex rehenes estadounidenses relatan por turnos sus experiencias y hacen un recuento de las largas y agotadoras marchas, las enfermedades tropicales, los cambios de campamento y las relaciones de amor y odio que vivieron con otros secuestrados durante cinco años y medio de cautiverio.
Stansell afirma que la política colombo-francesa siempre se mostró como una persona altiva, egocéntrica, que robaba comida, ocultaba libros e incluso acusaba frente a los rebeldes a los tres norteamericanos de ser agentes de la CIA. "La ví intentar querer asumir el control del campamento con una arrogancia que estaba fuera de control'', dijo a AP.
"Algunos de los guardias nos trataron mejor que ella'', dijo el ex infante de marina de 44 años, uno de los rescatados junto con Betancourt y sus compañeros Thomas Howes y Marc Gonsalves y 11 colombianos, cuando militares colombianos se hicieron pasar por una misión humanitaria que los sacó en un helicóptero de la jungla, en julio.
El ex senador Luis Eladio Pérez, quien también estaba secuestrado en el campamento cuando llegaron los tres estadounidenses y fue liberado en febrero del 2008 tras seis años de cautiverio, negó que Betancourt alguna vez le dijera a las FARC que los estadounidenses fueran de la CIA.
Más preciso fue Howes en una entrevista con una emisora colombiana: "Betancourt es una persona a la que le gusta controlar y manipular" y "eso en cautiverio es una cosa muy difícil". Howes agregó que Betancourt, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2008, está "interesada en ella misma" y llegó a extremos como "no querer compartir la comida en partes iguales".
En el libro y en entrevistas telefónicas con AP, los dos dijeron que no tienen rencor, aún cuando los roces eran frecuentes entre los rehenes durante el cautiverio. "Eran literalmente campos de concentración'', dijo Gonsalves. "Apenas había espacio para respirar'', agregó.
Gonsalves dijo que los rehenes competían no sólo por espacio y el uso del único diccionario español-inglés del campamento, sino también por las minúsculas raciones de comida. Gonsalves no sólo carece de resentimientos hacia Betancourt, sino que más tarde desarrolló una relación sentimental con ella, desatando intensos celos entre los otros secuestrados. Dice que mantiene con ella contacto telefónico y por correo electrónico.
"Es una mujer fuerte'', dijo Gonsalves, de 36 años. "Solía hacerle la vida difícil a esos guerrilleros'', añadió.
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