El impresentable de Berlusconi se burló de los vuelos de la muerte y destino de los desaparecidos argentinos
Parece inaudito y no es imposible que, como hace siempre, Silvio Berlusconi niegue haber dicho lo que dijo. Pero esta vez se pasó de la raya con un chiste que ofende la memoria de los desaparecidos y "alivia" la mano de sus asesinos. En Cagliari, la capital de Cerdeña, dedicó una parte de su discurso en un mitin de la campaña electoral, el sábado pasado, a su plato fuerte: los chistes, o como dicen los italianos le barzellette. Inesperadamente le llegó un nuevo tema sobre el que nunca había hablado, ni siquiera en serio. Los miles de desaparecidos durante la dictadura militar argentina. Muchos fueron arrojados de los aviones. "Eran bellas jornadas, los hacían descender de los aéreos". No fue clara la razón para haber dicho semejante cosa. Pero el enviado del diario L'Unita, Marco Bucciantini, informó en una crónica de la frase infame. De aquel discurso debe haber una versión grabada. Si Berlusconi no hizo otro de sus chistes terribles, el gobierno argentino no deberá pedir explicaciones y protestar tras investigar el caso.
Puede ser que haya querido Berlusconi burlarse del tema desaparecidos. La justicia italiana estudia la extradición del almirante Emilio Massera, represor que dirigía a los verdugos de la "Fuerza de Tareas" de la Escuela de Mecánica de la Armada. Por las mazmorras de ese campo de exterminio pasaron 5.000 detenidos y la mayoría desaparecieron tras sufrir tormentos y "traslados". Entre ellos, la sobrina de este corresponsal, Patricia Villa Algañaraz, de la agencia Interpress Service, arrojada de un avión.
Massera era como Berlusconi miembro de la logia masónica Propaganda Dos, P2, dirigida por el Maestro Venerable Licio Gelli, que fue disuelta por el Parlamento italiano tras contaminar la vida del país más que ninguna otra organización. Esa adhesión a la P2, que al principio Berlusconi negó hasta que la justicia le probó lo contrario, era tal vez otro de sus chistes.
La colección de gaffes y metidas de pata es enorme porque "il Cavalliere" no puede con su genio. Una de las últimas fue llamar "bronceado" (que en Estados Unidos es un insulto racial) al presidente Barack Obama. Por supuesto dijo, guiñando un ojo con su vasta sonrisa, que era un cariñoso adjetivo.
Otra vez, a un periodista inglés, que es actualmente el alcalde conservador de Londres, le dijo que la única represión de Mussolini había consistido en mandar de vacaciones a los opositores a varias islas. Se refería a los confinamientos. Después lo negó, pero sus amigos ingleses insistieron en que lo había dicho.
Durante la campaña electoral de 2006 se hizo el gracioso con los chinos. Pidió a la multitud que leyeran el libro rojo del comunismo. "Descubrirán que Mao no se comía a los chicos crudos pero los había hervido para fertilizar los campos", dijo. El gobierno de China no lo apreció.
La mayoría de los italianos le perdonan todo, ríen con él. También en 2006 dijo que confiaba en la inteligencia de los italianos cuando fueran a las urnas y esperaba "que no haya boludos capaces de votar contra sus intereses". La izquierda protestó inútilmente, cada día cosecha menos votos.
A veces hace líos en las citas, pero esto aumenta su popularidad. "Los fundadores de Roma fueron Rómulo y Rémolo", dijo en otra ocasión causando hilaridad por su retorsión histórica contra el pobre Remo. Las mujeres son su especialidad y le costaron una pública crisis matrimonial cuando su esposa Verónica le exigió en una carta abierta un público pedido de excusas, después de que en una fiesta de sus redes de televisión dijo a una actriz que hoy es ministro: "Si no estuviera ya casado te pediría de esposarme". El primer ministro Berlusconi manifestó también que había "seducido" a la presidente de Finlandia, una señora que quedó estupefacta, para obtener el voto de Helsinski en favor de Parma como capital de un centro de agricultura europeo. El gobierno finlandés protestó oficialmente.
0 comentarios