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CAUSA ABIERTA

Adiós al teléfono público: sólo quedan la mitad y casi no se usan

Adiós al teléfono público: sólo quedan la mitad y casi no se usan

En Uruguay debe estar pasando lo mismo o muy parecido a lo que sucede en Argentina, sobre todo en Buenos Aires, con los teléfonos públicos, por ello resulta interesante la nota del diario Clarín que se reproduce a continuación. "En los años 80 del siglo pasado, sólo una de cada tres casas de familia tenía teléfono. Por eso, las noticias importantes -declaraciones de amor, trabajos conseguidos o perdidos, la llegada de un bebé- se anunciaban a distancia a través de esas burbujas naranjas de ENTel. Hoy, más de dos décadas después, los teléfonos públicos son más modernos pero ya no cargan con el peso de esas grandes noticias. Ni siquiera con las más triviales. Están, pero son invisibles, nadie los necesita: en los últimos años, su uso llegó caer hasta un 80%. Y de noche el silencio es total: nadie los busca, ni siquiera una persona que necesita hacer un llamado con urgencia. En 2004 había 10.000 teléfonos públicos repartidos en los barrios y ya el 44% funcionaba mal: en esa época, el vandalismo era el peor enemigo. Según datos del Centro de Educación al Consumidor, cada 3 minutos alguien destrozaba un aparato.
Hoy, cinco años después, sólo quedan 4.790 públicos en la Ciudad y menos de 70 mil en todo el país. En contrapartida, hay 40 millones de celulares. El vandalismo sigue siendo crónico: 18 de cada 100 teléfonos que se reparan cada mes sufren roturas, robos, trabas o quedan inutilizados por todo tipo de objetos: alambres, palitos, goma espuma, telas, bolsas y chicles. Pero aún así, el destrozo ya no es el enemigo número uno: el mercado -señalan en Telecom- ahora prefiere el celular, los locutorios o las cabinas en quioscos.
"La gente ya no elige el teléfono público para realizar llamadas, entendemos que es por comodidad y seguridad", explicaron desde Telefónica. Hoy sólo se usa, en promedio, el 1% de las 3.300 líneas que esa empresa tiene disponibles en Capital. En relación a años anteriores, la baja es de un 80%. "Esto significa que una línea instalada en la vía pública se utiliza sólo 15 minutos por día, y a la noche su uso es nulo, cero", explicaron en la compañía.
Encima, como el mantenimiento es caro (el 94% de sus aparatos no cubre sus gastos operativos), Telefónica optó por reparar algunos o, directamente, retirarlos de la vía pública. Desde Telecom explican que los 1.490 teléfonos públicos que tienen en Buenos Aires enfrentan un "período de madurez". Para la empresa, ese cambio de hábito se apoya en otros dos graves problemas que atentan contra los teléfonos públicos: uno, la imposibilidad de comunicarse con un celular que se haya quedado sin crédito (cuando se llama a un móvil, paga la persona que hace la llamada y también la que recibe, y si ésta no tiene crédito, no hay conversación). Y dos, el terrible calvario que hay que hacer para conseguir monedas para hablar.
No tan lejos quedan los 20 años que separan dos postales tras la privatización de ENTel: la de las largas filas de personas frente a las burbujas naranjas que funcionaban a disco y con cospeles, y la de ahora, con aparatos modernos, pero vacíos y casi obsoletos.
Hoy, las telefónicas admiten que los teléfonos públicos apenas sobreviven para cumplir su rol social en instituciones públicas, como hospitales, comisarías, centros de jubilados y terminales de ómnibus o trenes. Aunque parezcan invisibles o nadie reclame por ellos.

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