Julio M. Sanguinetti: "Hablar de golpe de Estado en Brasil es una grosería intelectual"

Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, se refirió al impeachment que determinó la salida definitiva del gobierno de Brasil de Dilma Rousseff y negó rotundamente que pudiera hablarse de ese proceso como un golpe de Estado.

"Actuaron diputados, senadores, el Congreso, la Justicia. Hablar de golpe de Estado es una grosería intelectual, una inmoralidad política", definió en una charla con Vuelo de Regreso.

Para el ex mandatario uruguayo, Dilma, expulsada del poder acusada de manipular las cuentas fiscales para ocultar el déficit, no podía ser ajena a la estructura de sobornos con epicentro en Petrobras que desató un escándalo que está aún en desarrollo en Brasil.

"Esa señora fue ministra de Minas y Energía, desde donde manejó Petrobras. Cuando se va del ministerio y va de jefa de la Casa Civil [jefa de Gabinete], conserva el cargo de presidenta de la Comisión Administradora de Petrobras. Fue siete años presidenta del consejo. Entonces, alegar que esta buena señora no conocía nada de lo que pasaba en Petrobras no se lo cree nadie", remarcó Sanguinetti.

Según Sanguinetti, lo que pasó en Brasil es que hay "una estructura de inmoralidad, que es lo que revienta". Sin embargo, aclaró que no está satisfecho con la caída de un gobierno constitucional. "Nadie se puede mostrar contento con la caída de un presidente. Hubiera preferido que se anulara toda la elección, para lo cual había evidencias, porque para la campaña de Dilma se había usado dinero espurio", advirtió.

El ex jefe de Estado uruguayo consideró clave a Michel Temer para la última victoria electoral de Dilma: "Dilma sólo fue presidenta por Temer y el PMDB, que sacó más diputados que el propio PT".

La caída de Dilma fue la conclusión de un proceso de deterioro, según opinó el ex mandatario. "Hay un evidente deterioro político y moral, como consecuencia del mensalão y del Lava Jato, con Petrobras como centro de una estructura de corrupción de miles de millones de dólares no conocida en la historia de Brasil y, por su magnitud, sin precedentes en la historia de Latinoamérica", evaluó.
Fuente La Nación