El conflictivo sirio Jihad Diyab quiere irse a "cualquier país árabe"

El ex prisionero de Guantánamo Jihad Diyab regresó al apartamento en el que vivía antes de abandonar Uruguay. El canciller Rodolfo Nin Novoa dijo a Montevideo Portal que el gobierno hará gestiones para traer a su familia, aunque el sirio quiere irse a "cualquier país árabe".

El ex prisionero de Guantánamo Jihad Diyab insiste en que no quiere establecerse en Uruguay y pidió poder viajar "a cualquier país árabe".

Así lo informó, en declaraciones recogidas este martes por Telemundo, la ex subsecretaria de Relaciones Exteriores Belela Herrera, que se entrevistó brevemente con el refugiado tras su retorno a Montevideo.

Sin embargo, el canciller Rodolfo Nin Novoa había dicho a Montevideo Portal que Turquía no le permitiría el ingreso y que las gestiones ya hechas por el gobierno uruguayo para que pudiera viajar a Qatar no dieron resultados.

Ante ese panorama se intentará, si él quiere, volver a hacer las gestiones para traer a su familia a Uruguay, tal como se estaba haciendo cuando decidió viajar a Venezuela.

Diyab llegó al país sobre las 5 de la mañana en un vuelo privado contratado por la petrolera venezolana PDVSA. Desde allí fue trasladado al Hospital Maciel, donde se le practicaron análisis médicos para comprobar su estado de salud. Desde ASSE confirmaron a Montevideo Portal que el chequeo arrojó un resultado positivo, por lo que fue dado de alta.

Desde allí, el sirio se trasladó al apartamento en el que residía antes de abandonar el país en junio pasado, para viajar hacia Brasil primero y hacia Venezuela después, donde permaneció varias semanas recluido.

El lunes, Mirza había dicho a Montevideo Portal que su intención es "orientar bien" a Diyab, quien "ha pasado dos meses en forma bastante inestable y se maneja con alguna confusión".

Durante su estadía en Venezuela, y al presentarse ante el Consulado uruguayo, Diyab manifestó que su intención era conseguir apoyo económico para viajar a Turquía, donde podría reunirse con su familia. Más tarde, el sirio expresó a las autoridades venezolanas que no quería regresar a Uruguay, al punto de iniciar una huelga de hambre al enterarse que su retorno a Montevideo era el punto negociado entre los gobiernos uruguayo y venezolano.