Paraguay quiere un Mercosur sin Venezuela....ni Uruguay
Aunque insultó a los gobernantes de tres de sus cuatro socios del Mercosur, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó izar la bandera del bloque en la plaza Bolívar de Caracas, en pleno centro colonial de la capital venezolana y frente a "La Casa Amarilla" donde funciona la cancillería del país caribeño.
Es que Maduro no baja un cambio y sigue insistiendo en que le corresponde presidir el bloque. Y su cancillería lanzó otra andanada con un comunicado con las habituales alusiones a la extrema derecha y el imperialismo.
Al mismo tiempo, el canciller paraguayo Eladio Loizaga echó leña al fuego, y en evidente alusión a la postura de Uruguay favorable a entregar la presidencia del Mercosur a Venezuela, lo que lo ha llevado a quedar aislado, dijo que "si no podemos avanzar los cuatro, avanzaremos tres".
Loizaga señaló al diario O Globo que "esta crisis fue generada porque Uruguay entendió que era el momento de cerrar su mandato, aun sabiendo que no había consenso para que Venezuela asumiese". Y fue más allá: "si alguien no está cómodo (en el Mercosur) se puede ir, nadie se va a quedar enojado".
Curiosamente, las cancillerías de Argentina y Brasil, cuyos gobiernos fueron atacados por Maduro, permanecieron ayer en silencio tras las diatribas de este. La cancillería venezolana emitió un comunicado en el que insiste en que rechaza categóricamente "el boicot emprendido por la Triple Alianza de los gobiernos de Argentina y Paraguay e interino de Brasil, para impedir el normal desenvolvimiento de la presidencia de Venezuela al frente del Mercosur".
Según el comunicado, tres gobiernos, uno de los cuales es interino (el de Brasil) pretenden revertir "de manera acelerada, arbitraria, intolerante y con métodos antijurídicos nuestros más importantes bloques de integración, producto de un profundo esfuerzo y vocación unionista en los últimos 15 años".
Todo esto está alentado, según Venezuela, por Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, John Kerry, visita la región. La supuesta ofensiva "tiene sello imperial, y es amenizado por el tour antibolivariano que realizan sus altas autoridades por la región, pretendiendo destruir a su paso los importantes avances socioeconómicos alcanzados por los gobiernos populares, progresistas y de izquierda a favor del desarrollo, la igualdad e inclusión de nuestros pueblos".
El gobierno venezolano entiende que la presidencia fue "recibida formalmente por Venezuela de manos de Uruguay", algo que en realidad es inexacto. Uruguay anunció que abandonaba la presidencia y que entendía que debía asumirla Venezuela pero nunca se la traspasó formalmente.
"Suplantar el mandato taxativo de la ley por argucias políticas e ideológicas desmedidas coloca a este bloque regional al borde de un abismo sin retorno", advierte Venezuela en el comunicado.
Paraguay llamó ayer viernes a consultas a su embajador en Caracas a raíz de las declaraciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, sobre el gobierno en Asunción que profundizó las diferencias entre los dos socios del Mercosur.
La cancillería paraguaya informó en un comunicado que consultará al embajador Enrique Jara “a raíz de las expresiones proferidas por el presidente Venezolano Nicolás Maduro, hacia el Gobierno de Paraguay”. Maduro dijo que Venezuela es perseguida por una “triple alianza de torturadores”, en referencia a Argentina, Brasil y Paraguay. “Nos persigue la oligarquía paraguaya corrupta y narcotraficante”, agregó.
Por su parte, el canciller paraguayo, Eladio Loizaga, consideró que el Mercosur debe volver a sus raíces económicas y terminar con el “amiguismo ideológico”. “El Mercosur debe volver a sus raíces económicas, libre circulación de bienes, dejar de lado el amiguismo ideológico y que cada país miembro respete su propio proceso político interno”, sostuvo el canciller antes de viajar con destino a Río de Janeiro para la inauguración de los Juegos Olímpicos en esa ciudad. El canciller aseguró que el bloque se centrará en los desafíos que implica la negociación de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Estas conversaciones, que comenzaron hace más de una década, están trancadas.
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