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CAUSA ABIERTA

La banda Peirano: de tal palo tal astilla, a 12 años del procesamiento

La banda Peirano: de tal palo tal astilla, a 12 años del procesamiento

En el año 2002 nuestro país sufrió la mayor crisis del sistema financiero que recuerde su historia. A principios de año se supo que los hermanos Rohm habían vaciado al Banco Comercial y a la Compañía General de Negocios.

Un par de meses después Jorge Peirano Facio y sus hijos Juan, Jorge, José y Dante Peirano Basso habían vaciado los Bancos Montevideo y Caja Obrera, el TCB de las Islas Cayman asi como bancos y empresas en Argentina y Paraguay. Pero este grupo familiar ya tenía antecedentes como lo revelamos en el siguiente informe que difundimos en el programa PLANB, el 9 de agosto del 2002.

De sociales a la cárcel

No son ladrones comunes, se nota en la elegante campera de gamuza o en el sobretodo de cashmere que lucen con distinción a pesar de que viajan apretados en una camioneta policial y no en una 4 x 4 japonesa como estaban acostumbrados. Tampoco iban a una reunión de “negocios” o a una fiesta de sociedad dónde todos querían aparecer con ellos en las páginas de sociales de El País.

José, Dante y Jorge Peirano Basso debieron responder por primera vez ante la Justicia por un fraude reiterado contra quienes les confiaron sus dineros. Ahora la gente que los espera en la calle no quería saludarlos sino gritarles ...”ladrones, hijos de puta, devuelvan la plata”... Dos meses antes ser un Peirano era un símbolo de estatus; hoy es un estigma. Pero nada debería sorprendernos.

Los hermanos Jorge, Dante y José Peirano Basso están en prisión desde el miércoles pasado. Fueron procesados por administración fraudulenta de una sociedad anónima y en el caso de José, se incorporó además el delito de “asociación para delinquir”. Son los presos más “paquetes” de la Cárcel Central. Pero todavía falta Juan, el hermano mayor, y el padre de todos, Jorge Peirano Facio, acusado en Paraguay como “cabeza” de los banqueros estafadores.

En 1971, el profesor Vivian Trías publicó su libro “Imperialismo y rosca bancaria en Uruguay”, en el que examinaba los vínculos entre banqueros, dueños de la tierra y el poder político. Los cuadros de relaciones que revela Trías muestran nombres conocidos, entonces y ahora, estrechamente asociados al poder, además de los parentescos entre sí, que permitirían entender mucho de lo que ha ocurrido por estos días.

Ahora, como hace 31 años, el apellido Peirano era símbolo de poder y también de escándalo financiero.

En 1971, los hermanos Juan y Jorge Peirano Facio, vaciaron al Banco Mercantil, el más importante de la época, con un procedimiento similar al que luego emplearan los hijos del segundo para vaciar a los Bancos Montevideo y Caja Obrera.

Sobre estos, la abogada Hebe Martínez Burlé, defensora de ahorristas paraguayos y uruguayos perjudicados por el Banco Montevideo, dijo que “se han robado la credibilidad del sistema financiero con la ayuda de las autoridades". Casi lo mismo que sostenía en 1971, el Senador y caudillo nacionalista, Wilson Ferreira Aldunate.

Aquellas lluvias

A fines de 1967 asumió el gobierno Jorge Pacheco Areco, elegido como vicepresidente para el gobierno del general (r ) Oscar Gestido, quién había asumido el 1º de marzo y murió el 6 de diciembre de ese año Todos sus ministros o subsecretarios eran dueños o accionistas de Bancos. Peirano Facio, vinculado al Mercantil, fue nombrado subsecretario del Ministerio de Industria y Comercio que estaba a cargo de Horacio Abaddie Santos, vinculado al Banco de Crédito. Pero en Trabajo y Seguridad Social se desempeñaba el abogado Enrique Véscobi, vinculado a la Caja Obrera y al Mercantil, quién a mediados de los 90 como presidente del Grupo Bosque de Punta del Este denunció que la construcción del nuevo aeropuerto del balneario, cuyo concesionario principal era el Grupo Peirano, afectaba al medio ambiente, hasta que Peirano lo contrató como asesor legal de sus empresas.

En el mismo tiempo los Peirano, Jorge y Juan, eran poseedores de 38.000 acciones del Banco Comercial. Por allí se vinculaban al grupo Braga Salvañac, uno de cuyos más conspicuos integrantes era Enrique Braga, ex Ministro de Economía durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle. En el Mercantil, Peirano era socio del denominado Grupo Sanguinetti, cuyas cabezas principales eran Carlos y Jorge Sanguinetti. Jorge vinculado a la lista 15 de Jorge Batlle y Carlos, Presidente entonces, del Banco Central del Uruguay. No se cuidaban mucho las formas.

Ministro de Ganadería era Juan María Bordaberry, padre del Ministro de Turismo, Pedro Bordaberry, que luego se convirtió en dictador. En cambio Pedro llegó a ser abogado del matutino El Observador, propiedad de un hijo de Juan Peirano Facio, que no se vinculó a la estafa de sus sobrinos. Por supuesto que ya entonces aparecía el abogado Ramón Díaz, quién en sucesivos altos cargos oficiales vinculados a la política económica, también representaba los intereses de la Banca estadounidense.

En el Ministerio de Comunicaciones y Turismo se desempeñaba el ingeniero José Serrato, uno de los más importantes accionistas y director de la Sociedad Televisora Larrañaga S.A., propietaria de Canal 12.
Estas vinculaciones económicas, políticas y familiares, son un dato importante para entender como las situaciones pueden reproducirse.

Estos lodos

En aquellos años no existía la banca “offshore”, sin embargo los banqueros habían encontrado en las “financieras” una forma de evadir impuestos y fugar capitales. Trías relata que en enero de 1970, el Senador Ferreira Aldunate, denunció en el Senado al Directorio del Banco Central por la autorización precaria para el funcionamiento de la Financiera Velox en Punta del Este. Ocurre que las financieras estaban prohibidas por ley, pero al frente de la Velox figuraba el hijo del Presidente del BCU, a la sazón, Carlos Sanguinetti y el yerno de uno de sus vocales, Daniel Rodríguez Larreta, director del diario El País, hasta su fallecimiento. En 1965 quebró el Banco Transatlántico y como efecto dominó, provocó el quiebre de 34 de los 38 Bancos que funcionaban entonces.

El 2 de abril del 71, el Estado intervino al Mercantil. En una memorable jornada parlamentaria – según Trías – desarrollada entre el 15 y el 16 de abril de ese año, “Wilson puso al desnudo no sólo los entretelones de una estafa gigantesca y de una inmoralidad impúdica en la conducción de la cosa pública, sino también los cimientos carcomidos, putrefactos, caducos de todo el sistema que asfixia al país”.

En el Parlamento se demostró que Jorge Peirano Facio desde el Ministerio de Industria, apoyó al Banco Mercantil presidido por su hermano Juan, ya que el 18 por ciento del total de las exportaciones del país pasaron por ese Banco.

Trías afirmó que “el Mercantil se movía monopolizando negocios a la vez que realizaba operaciones especulativas. Por orden de Carlos Sanguinetti el Banco no fue inspeccionado ni una sola vez desde el final de la huelga bancaria de 1969 hasta su liquidación en 1971. En cambio lo asistió con algo más de 2.900 millones de pesos de la época, cuando el capital y las reservas del Mercantil apenas alcanzaban los 700 millones de pesos.

Las garantías que presentó eran incobrables. Por ejemplo uno de los documentos pertenecía a la arrocera Arrozal 33, cuyos propietarios Carlos y Eduardo Sanguinetti, eran también accionistas del Mercantil.
Cuando lo intervino el Estado la deuda llegaba a 3.176.500.000 pesos de la época y a sus corresponsales en el exterior les debía 18 millones de dólares, es decir, el 20 por ciento de la deuda de la banca privada con los no residentes. Uruguay tenía como reserva un total de 98 millones de dólares.
Hay un increíble paralelismo de hechos y cifras con la estafa cometida recientemente por el mismo Grupo: ahora también deben – porque fugaron o desviaron a sus empresas – aproximadamente el 20 por ciento de las reservas con que contaba el país en diciembre del 2001.

Banqueros y políticos

Las cifras no son el único paralelismo entre aquél y éste fraude. Entonces gobernaban los colorados, igual que en el 2002 ; el poder de decisión estaba en manos de la 15, igual que en el 2002; un hombre de ese sector vinculado a negocios pocos claros presidía el BCU, igual que quién lo presidía hasta mediados del 2002. Cesar Rodriguez Batlle, desde su cargo de Presidente del BCU no controló a los bancos de los Peirano. Pero como presidente del Cantegril Country Club de Punta del Este recibía de ellos mucho dinero por diferentes auspicios. “La culpa no es del chancho, sino de quién le rasca el lomo”, afirma un dicho popular. Aunque en esta historia se supo quien era el chancho , nunca se definió ni juzgó al rascador.
La columna de Carlos Peláez en El Espectador

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