La confesión de la exespía de EEUU condenada en Italia por el plan de secuestros y torturas de la CIA
Cuando Sabrina de Sousa tomó un avión a Portugal desde EE.UU. para ver a su familia en mayo de 2015, sabía que estaba desafiando no sólo la ley, sino todo un sistema de cooperación internacional encubierta que funcionó en la década pasada y que ella ayudó a develar.
De Sousa tiene 60 años y hace 7 fue condenada en ausencia en Italia por su participación en el secuestro de Abu Omar, un clérigo radical egipcio secuestrado en Milán por funcionarios de la CIA en 2003 y enviado a Egipto, donde fue encarcelado, interrogado y torturado.
Abu Omar fue uno de los casos de la denominada "rendición extraordinaria", el programa ilegal de la CIA mediante el cual los sospechosos de terrorismo eran enviados a otros países para su encarcelamiento, interrogación y tortura.
Cuando De Sousa tomó ese avión, existía sobre ella una orden de captura internacional, pero no le importó.
"La mayoría de mi familia vive fuera de los EE.UU., en Europa o mi mamá vive en India. Cuando fui excluida en 2014 de la lista de indultos presidenciales (de Italia), me di cuenta de que nunca más podría volver a ver a mi familia. Y decidí que eso tenía que ser enmendado", le dijo al programa HardTalk de la BBC.
"Sí, tomé un riesgo, pero es algo que tiene que ser hecho", añadió.
Se refiere a cuando el presidente de Italia, Sergio Mattarella, le concedió indultos parciales a otros dos acusados en el caso de Abu Omar. No así a ella, lo que atribuye a un "castigo por hablar del tema luego de todos estos años".
Su versión
La exagente de la CIA sigue alegando su inocencia en el caso. Afirma que efectivamente trabajaba para la CIA en Italia y que fue la traductora del potencial plan para el secuestro del clérigo, ante la visita de funcionarios de la agencia de inteligencia estadounidense a sus pares italianos.
Sin embargo, asegura que fue su única participación y niega tajantemente que haya sido parte del secuestro, así como en su planificación.
Según la exagente, EE.UU. buscaba la posibilidad de cooperación de la inteligencia italiana en "la rendición de objetivos de alto valor o amenaza inminente".
"Me mandaron con la delegación oficial, básicamente porque era la única que hablaba italiano e inglés, en enero de 2002. Fui la traductora entre ambos equipos para hablar de la logística sobre esta posibilidad", le dijo De Sousa a HardTalk.
Y aclaró que el 17 febrero, día en que el clérigo fue secuestrado, no se encontraba en Milán, por lo que "no hubo ningún envolvimiento directo". Y que el plan fue ideado en Roma, por lo que tampoco, según su versión, pudo haber participado de su autoría intelectual.
"No hay evidencia de los cargos en mi contra. He estado intentando limpiar mi nombre durante los últimos siete años", aseguró.
Se refiere a que la evidencia presentada en el caso en Milán estaba cubierta por secreto de Estado en EE.UU. y en Italia.
"No tuve ninguna opción de defenderme", afirmó.
Programa secreto
La extradición de De Sousa y su posible encarcelamiento en Italia marcaría un hito para la justicia internacional, ya que sería la primera vez que un agente de la CIA conectado con el Programa de Detención e Investigación diseñado por la agencia de inteligencia luego del 11 de septiembre de 2001, cumple condena.
El programa, secreto e ilegal desde el punto de vista del Derecho Internacional, diseñado por la administración de George W. Bush contemplaba las detenciones de los "sospechosos de terrorismo" dondequiera que se encontraran y, la mayoría de las veces, en cooperación con gobiernos locales, para ser llevados a prisiones fuera de EE.UU.
Posteriormente, una comisión del Senado de EE.UU. comprobó que utilizaba métodos de tortura para sus posteriores interrogatorios y que en muchos de los casos ni siquiera existían pruebas.
La administración Obama desmanteló el plan. Sin embargo, el actual candidato republicano, Donald Trump, ha dado señales de que evalúa volver a autorizar determinados métodos de tortura en un potencial gobierno.
Hito
Según le contó De Sousa a HardTalk, no tuvo ningún problema para entrar a Portugal en mayo de 2015. Fue sólo en octubre, cuando estaba en el aeropuerto de Lisboa por abordar un vuelo a India, para visitar a su madre que la detuvieron.
Se busca que sea extraditada a Italia, donde el fiscal de Milán, Armando Spataro, que lleva el caso del secuestro de Abu Omar, fue uno de los primeros en exponer el alcance del exprograma secreto de EE.UU. al mundo.
Según datos publicados por el diario británico The Guardian, una de las pocas mencionadas con nombre y apellido real de los 21 condenados fue De Sousa. La mayoría de los otros fueron condenados en virtud de sus alias, por lo tanto son libres de viajar por el mundo sin temor a ser detenidos.
"Chivo expiatorio"
La detención de De Sousa desencadenó una serie de movilizaciones y recursos para detener su extradición.
La exagente se ha vuelto una potente crítica de la CIA y del gobierno de EE.UU., tras salir de "la burbuja en que nos tenían en Milán".
"Se nos dijo que era un clérigo peligroso que necesitaba ser sacado de las calles de Milán. Esa fue la narrativa", explicó.
Incluso Abu Omar, que ahora vive en Egipto, salió a la defensa de la exagente, diciendo que creía que debía ser perdonada, ya que había ayudado a exponer las "injusticias" de su caso.
"He sido el chivo expiatorio por decisiones que tomaron otros y sobre las que yo no tuve ningún control", le dijo De Sousa a la BBC.
Informe BBC
0 comentarios