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CAUSA ABIERTA

La huella en América Latina de la red a la que Turquía acusa por el intento de golpe de Estado

La huella en América Latina de la red a la que Turquía acusa por el intento de golpe de Estado

El grupo que más ha sufrido las purgas con las que el gobierno turco ha respondido al intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio también está presente en América Latina.

Es el llamado Movimiento Gülen, que con más de 10 millones de simpatizantes sólo en Turquía y presencia en al menos 171 países, es considerado la mayor red islámica del mundo.

Fue fundado por Fethullah Gülen, quien se encuentra autoexiliado en EE.UU. y a quien el gobierno turco acusa de estar detrás del levantamiento militar de hace unos días— por ello, el régimen turco arrestó esta semana a uno de los sobrinos del clérigo, Muhammet Sait Gülen, y a quien las autoridades turcas describen como su "mano derecha", Halis Hanci—.

Desde escuelas en México a fundaciones en Argentina, en la región operan varias instituciones y organizaciones vinculadas al movimiento también conocido como Hizmet ("servicio", en idioma turco).

"Trabajamos de manera independiente, pero inspirados por la palabra, el legado y las acciones de Fethullah Gülen", explica Nancy Falcón, la directora del Centro de Diálogo Intercultural Alba de Argentina.

"Apertura, diálogo, encuentro con el otro y educación en valores; los valores del trabajo duro, de hacer las cosas bien, de respetar, no mentir…", es el resumen que hace Falcón de los principios que guían al movimiento.

"Convivencia, ayuda humanitaria, diálogo, democracia", es, por su parte, la formulación de Erhan Cokcoskun, el director del Centro de Intercambio Cultural y Educativo México-Turquía de Ciudad de México, otra de sus expresiones en América Latina.

Un islam abierto al mundo

"Son los valores de mi religión, que tiene más de 1.400 años, y no los que promulga Daesh, que es un mal ejemplo y que rechazamos", le dice a BBC Mundo Cokcoskun, refiriéndose por su apodo al grupo que se hace llamar Estado Islámico.

Y esa interpretación de los valores del islam del Movimiento Gülen— diferente también de la que domina en potencias como Irán o Arabia Saudita— también trata de abrirse paso a través de diferentes iniciativas en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.

En la mayoría de estos países su principal vehículo son los Centros de Lengua y Cultura Turca AnadoluDKM, que comparan su labor a la del Consejo Británico o la Alianza Francesa, organismos que promueven en el mundo la lengua y la cultura inglesa y francesa, respectivamente.

Pero los intentos por unificar las diferentes iniciativas locales en torno a ese nombre no siempre han funcionado, explica Cokcoskun.

En Panamá, por ejemplo, su expresión más visible es la Fundación Educacional Yagmur, que ofrece becas de diferentes tipos y, además de los cursos de Anadolu DKM, también coordina las intervenciones de la ONG turca Kisme Yok Mu, otra de las expresiones globales del movimiento.

Mientras que algo parecido ocurre en Chile con la Fundación Catarata de la Amistad y Educación Chileno-Turca, fundada en 2005, que coordina esas y otras actividades.
Educación y negocios

"Cada centro se acomoda a la cultura de cada lugar, a las necesidades de cada lugar", explica Nancy Falcón, para quien la realidad argentina empujó naturalmente al Centro Alba a trabajar temas como el diálogo interreligioso y la educación.

En ese país, la enseñanza del idioma turco y los esfuerzos por dar a conocer su cultura corren por cuenta de la Fundación de la Amistad Argentino Turca, que vendría a ser la expresión local de Anadolu DKM.

Y en Buenos Aires también opera una escuela vinculada a Hizmet: el Colegio Hércules, como también pasa en México con el Colegio de Excelencia Raindrop, en Brasil con el Colegio Belo Futuro Internacional y en Venezuela con el InstitutoEducacional Los Azulejos.

El movimiento, de hecho, está vinculado a miles de escuelas en al menos 130 países de todo el mundo, así como a universidades, periódicos, televisoras, revistas (en América Latina, la revista Cascada), estaciones de radio "e incluso un banco", como explicó en 2011 el periodista de la BBC Edward Stourton.

"La enorme red no tiene parangón. No tiene estructura formal, ni organización visible ni miembros oficiales", destacó en esa oportunidad Stourton.

"Sus seguidores dicen que, simplemente, trabajan juntos, en una especie de afiliación laxa inspirada por el mensaje del líder carismático Fethullah Gülen, quien promueve un islamismo de tolerancia que enfatiza el altruismo, el trabajo duro y la educación", explicó el periodista de la BBC.

"Y los empresarios turcos se sienten atraídos por lo que ven como su perspectiva internacional y su enfoque pragmático en asuntos como la utilización del crédito", aseguró también.

El hecho de que entre las manifestaciones latinoamericanas de Hizmet se cuenten cámaras de comercio o asociaciones de empresarios en países como Brasil, Chile y México parece confirmar esta versión.

"Somos una organización gremial y nuestro objetivo fundamental es servir de puente entre los empresarios turcos y chilenos", le explica a BBC Mundo Zafarbek Hussainov, secretario ejecutivo de la Cámara de Comercio Chileno-Turca.

Pero Hussainov no esconde la vinculación de la CCCHT con el Movimiento Gülen.

Y los seguidores de Hizmet acostumbran destacar el rol del movimiento en el crecimiento de la economía turca, pues con sus iniciativas ayudan a abrir mercados en otros países.

"Gülen propuso algunos valores internacionales que ayudaron a derribar las barreras mentales en lo que respecta al comercio exterior, y contribuyeron a que la gente piense las cosas en grande", explicaba en 2011 Serdarj Yesilyurt, de la Federación de Empresarios e Industrialistas de Turquía.
"Un Opus Dei islámico"

La amplia agenda del movimiento y su evidente búsqueda de influencia a través de vínculos con el empresariado y su trabajo en educación, sin embargo, nunca han dejado de generar sospechas.

El gobierno del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que lo apoyó en un primer momento, empezó a distanciarse de Gülen en 2012 y en 2016 clasificó a su movimiento como "organización terrorista", para ahora acusarlo de estar detrás del levantamiento militar del 15 de julio.

Los críticos del movimiento siempre han sostenido que su objetivo último es acumular poder y, a pesar de las apariencias, promover actitudes islámicas socialmente conservadoras por el mundo.

Y, en Turquía, Erdogan los ha acusado de estar intentado crear un "estado paralelo" tratando de colocar a su gente en posiciones de influencia y controlando las escuelas.

Una forma de operar que le ha valido a Hizmet comparaciones con el Opus Dei.

Cokcoskun, el director del Centro Cultural Turco en México, no está, sin embargo, convencido de la comparación.

"No conozco bien al Opus Dei, pero creo que nos parecemos más a los jesuitas, porque ambos estamos en educación y no estamos con el gobierno. Y a nosotros nos están purgando, como alguna vez les pasó a los jesuitas", le dice a BBC Mundo.

Aunque el educador no cree que lo que está pasando con los seguidores de Fethullah Gülen en Turquía vaya a repercutir en su trabajo en México —donde Anadolu DKM también tiene una sede en Guadalajara— o en el resto de la región.
¿Futuro incierto?

"Aquí (en México) estamos desde hace más de 15 años y la gente nos conoce bien, así que no espero ningún problema", dice.

"Estamos en 171 países y la gente nos quiere mucho porque somos personas decentes", agrega, para luego explicar que, por el momento, lo único que han recibido han sido llamadas de apoyo y solidaridad.

Y, en Buenos Aires, lo mismo dice Nancy Falcón.

"Lo que hemos recibido son llamadas de gente preocupada por nosotros, que no se creen las acusaciones. Y es que nos conocen no sólo por el discurso, sino por la acción", le dice a BBC Mundo.

De hecho, el trabajo humanitario en Perú de la ONG Kimse Yok Mu (en turco, "¿Hay alguien ahí?") luego del terremoto de agosto de 2007 le valió la Medalla de Honor del Congreso peruano.

Y la ONG, vinculada al Hizmet, también ha trabajado en Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, Chile y Paraguay.

Son, sin embargo, tiempos tumultuosos para el movimiento.

Y sólo el tiempo dirá si su crecimiento, que hace algunos años parecía imparable, continuará de la misma manera ahora que se han convertido en el enemigo público número uno del gobierno de Erdogan.

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