Alas Uruguay: ¿Fin de un sueño?
El directorio de Alas Uruguay, la única aerolínea nacional que surgió a impulso de parte de los trabajadores de la antigua Pluna, analiza suspender todos los vuelos comerciales y hacer solo viajes chárter, que implican el contrato de todo el avión, informaron fuentes políticas a El Observador.
Además, la aerolínea devolverá uno de los tres aviones Boeing 737 que arrendó para operar. De esa manera, a menos de seis meses de su despegue, la empresa autogestionada está tratando de adecuar su negocio a un nivel de actividad menor al que había anticipado tiempo atrás.
El directorio estudia el abandono de la venta asiento por asiento de los vuelos al mismo tiempo que negocia posibles asociaciones con otras empresas de la industria aeronáutica, como las bolivianas Amaszonas y Boliviana de Aviación (BOA).
La empresa había planteado a la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia) su intención de devolver un avión. El vicepresidente de Alas Uruguay, Nicolás De Los Santos, confirmó que la decisión fue tomada por el directorio para bajar costos.
Cuando Pluna bajó cortina, en julio de 2012, un grupo de exempleados de la histórica aerolínea uruguaya empezó a concebir un proyecto autogestionado. El emprendimiento terminó de tomar forma cuando, a fines de enero de este año, el primer avión de Alas Uruguay despegó del aeropuerto de Carrasco. Un factor clave para que esto sucediera fue el dinero que aportó el Fondes: una línea de crédito por US$ 15 millones, aprobada cuando José Mujica todavía era presidente.
La aerolínea goza por ahora de dos años de gracia, que vencerán 24 meses después del arranque de su operativa. A partir de esa fecha, deberá empezar a pagar cuotas mensuales por un lapso de 10 años para reintegrar el monto que le fue prestado.
El presidente del Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop), Gustavo Bernini, dijo días atrás que Alas Uruguay había puesto sobre la mesa en forma reciente la posibilidad de prescindir de uno de los aviones, durante una reunión con las autoridades de una de las dos particiones en las que se dividió al Fondes –la otra es la Agencia Nacional de Desarrollo Económico–.
La aerolínea, añadió Bernini, está tras una fórmula que le permita "redefinir alguno de los costos fijos" que tiene, y que abra la puerta para que su "ecuación mejore". Los aviones no son propiedad de la firma aeronáutica y, por lo tanto, no son garantía del préstamo que el Fondes le otorgó. Por este motivo, la decisión de que uno de los aviones deje de volar "es de la empresa".
Bernini recordó que Alas Uruguay atraviesa el período de gracia de su préstamo, y que lo que el Fondes tiene como garantía son acciones de la empresa.
En los últimos meses fueron varios los hechos que se conocieron y que indicaban ciertos obstáculos en el camino de la aerolínea para alcanzar los objetivos trazados en su plan de negocios.
Entre otros, se hicieron públicos la falta de oferta de vuelos a largo plazo y el pedido de mayor financiamiento al gobierno –unos US$ 6 millones más, informó El País a fines de marzo–.
A principios de mayo el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, manifestó en entrevista con radio El Espectador que el gobierno había decidido "respaldar" a Alas Uruguay "en lo que tiene que ver con las responsabilidades institucionales, pero no más desde el punto de vista financiero".
El director general de Aviación Civil de la Dinacia, coronel aviador Pablo Simone, explicó que para que la autoridad aeronáutica permita el arribo o la salida de una aeronave, hay que llevar adelante un proceso de "desmatriculación", es decir, quitar la matrícula, que es el código que identifica a cada país. En tanto, para que la Dinacia dé luz verde a la salida del país hay dos maneras, indicó Simone.
Esto implica que la autoridad –la Dinacia– emita un documento (certificado de aeronavegabilidad para la exportación, se llama). En este, la autoridad se responsabiliza por la manera en la que la aeronave deja el país, técnicamente hablando.
Para emitir ese documento, señaló Simone, la Dinacia tiene la obligación, entre otros, de realizar una nueva inspección del avión.
Alas Uruguay arrienda tres aviones Boeing 737-300W con capacidad para 132 pasajeros.
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