Los detalles de la violación en Pamplona en la que participó un policía
Tiene 18 años, quería pasarlo bien junto a sus amigos y decidieron disfrutar de una de las fiestas más populares de España. La decisión de pasar unos días disfrutando de la fiesta de San Fermín en Pamplona, se convirtió en la peor experiencia de su vida y este es su relato.
Había llegado a Pamplona a las 18.30 del día 6 en auto desde Madrid con un amigo. Luego de estacionar el auto se dirigieron hacía el Casco Viejo para disfrutar de la fiesta. La noche comenzó para ellos en la Plaza del Castillo donde asistieron a un concierto, pero el acompañante de la joven se fue antes que ella, en torno a la 1 de la madrugada. Se retiró a dormir al coche en el que habían viajado.
Sin embargo, no se quedó sola, ya que se encontró con unos amigos de la universidad y por eso no volvió de inmediato al auto. Lo estaba pasando bien, estaban presenciando un concierto, pero los perdió de vista a las 3 de la madrugada. Cansada y con a esperanza de volver a encontrarlos, decidió irse a sentar a un banco situado en la misma Plaza en la que se encontraba.
En ese mismo banco había un joven hablando con otros tres jóvenes que estaban de pie. El que estaba sentado comenzó a hablar con ella. “¿Qué haces en San Fermín?, ¿de dónde eres?”, dice que le preguntó. En su relato, la joven dijo que les había notado el acento andaluz y que posteriormente ellos le reconocieron que eran de Sevilla. En todo momento habló de cuatro hombres pese a que son cinco los jóvenes detenidos y encarcelados por estos hechos.
A los cuatro los describió de la siguiente manera: El que habló con ella es de “complexión fuerte, 165 cm de altura, pelo corto y castaño con un tatuaje en el abdomen de semi esfera con unas letras gruesas”. “Otro medía 160 cm, ojos claros pelo castaño y corto, barba de tres días, delgado, reloj con esfera muy grande y un tatuaje parecido al del primero”. “El más alto de los cuatro mide unos 175, muy moreno de piel, pelo corto, barba frondosa, ojos oscuros y un gorro rojo”. “El último era moreno de piel, pelo corto rapado y sin barba”.
La joven narró que cortó la conversación diciendo que se iba al auto a dormir, pero ellos decidieron acompañarla argumentando que “ellos también iban a dormir en un coche”, si bien en ningún momento le dijeron dónde. Tampoco llegó a preguntarles el nombre a ninguno de ellos.
En medio de la festividad, conoció a cuatro jóvenes sevillanos, nunca se imaginó que media hora después sería violada por ellos en el portal de un edificio. Al acabar, la dejaron tirada en suelo y se fueron corriendo.
Mientras caminaban, la joven iba más atrás conversando con el joven del reloj grande y los otros tres iban algo adelantados. En un momento de ese recorrido, los tres jóvenes que iban por delante intentaron entrar en el Hotel Leire, “pero el vigilante de seguridad se lo impidió” al no ser clientes del mismo.
Fue una vez dejado atrás el hotel cuando la víctima comenzó a sentirse molesta con la actitud de sus acompañantes. Según su versión, comenzaron a agarrarla de los hombros y a abrazarla. Por eso ella dice que decidió seguir su camino por otra dirección. Les mintió diciendo que se iría por una calle que era la forma más corta para llegar al auto con el fin de alejarse de ellos, pero no dio resultado porque ellos insistieron en acompañarla.
En ese camino llegaron finalmente al número 5 de la calle Tafalla donde había otra joven tocando el timbre para que le abrieran la puerta del portal. Eran las 3.30 de la madrugada cuando el joven del reloj grande con el que había ido hablando todo el trayecto le agarró por un brazo y junto a otro de los que había conocido en el banco le agarró por el otro brazo y la metieron en el portal del edificio.
Así fue el peor momento de su vida
Una vez dentro del edificio, intentó soltarse pero no pudo, tampoco pudo gritar porque el chico del reloj le tapaba la boca. “Una vez dentro me rodearon los cuatro y me tiraron al suelo, en esa posición me quitaron el sostén y me quitaron los botones del pantalón”, prosigue el relato en el que los cuatro la violaron.
Según confesó, no le llegaron a pegar. Uno le sujetaba la cadera y otro le sujetaba el cuello. “Estaba bloqueada debido a la situación”, relató. En el atestado no se hace referencia a ninguna grabación por parte de los presuntos agresores.
Acto seguido los cuatro se marcharon corriendo del lugar, ella se levantó del suelo y se puso bien la ropa y salió a la calle. Buscó su celular, pero no lo encontró. Volvió a la calle Carlos III y se sentó en un banco a llorar. Poco después pasó por delante de ella una pareja que llamó a la Policía después de que les contase lo que le acababa de suceder.
Los agentes encontraron en el lugar de los hechos la tarjeta SIM de su teléfono así como una tarjeta de memoria micro SD, que se quedaron para la investigación. Declaró a las 7.09 horas del día 7 de julio ante dos agentes en la comisaría de la Policía Municipal, donde se presentó con un parte médico.
El juez de guardia de Pamplona decretó dos días después el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza de los cinco detenidos, quienes grabaron los hechos mientras realizaron las distintas agresiones.
El juez indica que en la grabación de los hechos “se aprecia la participación colectiva de todos ellos” a los que imputa delitos de agresión sexual y un delito de robo con violencia o intimidación por el robo del teléfono móvil de la chica. Uno de los detenidos es guardia civil.
Vía :El Español, El Ciudadano
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