Las familias de los ejecutados políticos piden a Alemania el cierre de Colonia Dignidad en Chile de Augusto Pinochet
Las familias de presos ejecutados y desaparecidos en Colonia Dignidad durante la dictadura en Chile de Augusto Pinochet pidieron hoy al Gobierno alemán apoyo para que ese lugar, rebautizado como Villa Baviera, cierre las puertas al turismo y se convierta en un centro de memoria histórica.
Myrna Troncoso, dirigente de una agrupación de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados de la región del Maule, donde se encuentran las instalaciones de Villa Baviera, se reunió con David Gill, jefe de gabinete del presidente de Alemania, Joachim Gauck, que este martes concluyó una visita de Estado a Chile.
Troncoso y otros familiares de víctimas afirmaron que hace dos meses solicitaron una audiencia con Gauck, aunque no recibieron ninguna respuesta.
Este miércoles habían preparado una protesta frente al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago, que Gauck visitó acompañado de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, aunque finalmente se concretó el encuentro con Gill.
Troncoso le entregó al alto funcionario alemán una carta dirigida a Gauck en la que solicitan el cese inmediato de actividades comerciales y turísticas en Villa Baviera, situado 400 kilómetros al sur de Santiago.
"Hoy en la ex Colonia Dignidad (...) se hace turismo comercial, con restaurante, hotel y fiestas de alto consumo de alcohol, sin ningún respeto por el pasado y por la memoria de quienes ahí desaparecieron", señala la misiva.
Entre 1961 y 2005, Colonia Dignidad fue el centro de operaciones de una secta liderada por el nazi Paul Schäfer que sometió a unas 300 personas con trabajos forzados, castigos y manipulación mental, además de cometer abusos sexuales y violaciones a menores.
Tras el golpe de Estado que en 1973 derrocó a Salvador Allende, Schäfer ofreció las instalaciones a la policía secreta del régimen de Augusto Pinochet y Colonia Dignidad acabó convirtiéndose en una pieza clave del aparato represor de la dictadura.
Aunque no se tienen cifras exactas, se estima que la mitad de los 350 opositores a la dictadura que fueron llevados a ese lugar nunca salieron con vida.
Un centenar de colonos siguen viviendo en Villa Baviera. Los pobladores reconvertieron un edificio en restaurante y hotel, y se realizan fiestas folclóricas alemanas a las que asisten turistas.
Las familias de los presos políticos asesinados en Colonia Dignidad también le solicitaron al presidente alemán que su Gobierno ponga fin a cualquier ayuda económica a la sociedad que administra al lugar.
Asimismo piden que la propiedad del terreno donde se encuentra Villa Baviera sea traspasada a una entidad sin fines de lucro de los familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos para que sea transformada en un centro de memoria histórica.
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