El amor uruguayo en los tiempos de las tarántulas: una nueva especie que fascina a los científicos
Hasta los amantes de las tarántulas saben que deben evitar a estos arácnidos gigantes. Una simple rozadura con los pelos que las cubren puede ser mortal para los mamíferos pequeños, y en los humanos provocan un picor bastante molesto.
Pero recientemente los aracnólogos de las universidades de Uruguay y Colombia decidieron analizar más de cerca este irritante vello de las tarántulas, lo que resultó en un nuevo descubrimiento. El equipo advirtió que los pelos de color cobrizo de una tarántula encontrada cerca de la costa caribeña de Colombia formaban un patrón que no se parecía en nada al vello que presentan otros ejemplares.
Los machos de estas arañas tan particulares también tienen la extraña característica de poseer unos genitales recubiertos con pelos dentados, lo que llevó a los científicos a darse cuenta que este animal pertenece a un género y una especie completamente nuevos, como revelan en la revista ZooKeys.
Los investigadores bautizaron a la nueva tarántula como Kankuamo marquezi, en parte como tributo al autor favorito del equipo: Gabriel García Márquez –escritor de éxitos de la literatura universal como Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera.
Un arma única
El gran tamaño de las tarántulas puede hacer que sea difícil de creer que haya especies que todavía no han sido descubiertas.
" Actualmente existen unas mil especies conocidas de tarántula, pero probablemente hay otras tantas sin descubrir", afirma Gustavo Hormiga, experto en arañas en la Universidad George Washington (en Washington D.C.).
Sin embargo, estos enormes arácnidos se camuflan muy bien en las selvas y matorrales donde viven. También pasan una cantidad exorbitante de tiempo en madrigueras subterráneas, saliendo solo a cazar por la noche.
"Es fácil comprender por qué esta especie era desconocida hasta ahora para el ser humano", explica el co-autor del estudio, Fernando Perez Miles, de la Universidad de la República de Uruguay.
Los investigadores hallaron la nueva tarántula durante una expedición para catalogar la biodiversidad de arácnidos en la región colombiana de Sierra Nevada de Santa María. Observaron que la tarántula, de color entre negro y marrón, estaba cubierta de pelos de color cobrizo y también por una especie de parche en forma de óvalo con cerdas de punta afilada, algo bastante inusual.
Lo que les llamó la atención fue la forma en que la araña utilizaba estas cerdas. La mayor parte de las tarántulas se enfrentan a sus enemigos potenciales mientras frotan sus patas traseras contra su abdomen. Después, apuntan y disparan algunos de estos pelos a su objetivo. Las diminutas púas de estos pelos apuntan en la dirección opuesta desde la punta de la cerda para ayudar a la araña a que sus pelos permanezcan incrustados tras haberlos disparado.
Sin embargo, en la nueva tarántula las púas apuntan en la misma dirección que la punta de la cerda. Es más, la araña no lanza las cerdas contra sus enemigos, sino que los incrusta directamente en los animales que se atreven a tocar su cuerpo.
Es la primera especie conocida que usa estos pelos urticantes como ataque directo, según explica Perez Miles. Su colega Carlos Perafán también aprendió por las malas que el factor urticante de estas cerdas es tan intenso como lo es en otras especies.
La araña utiliza esta inigualable estrategia para defenderse de un tipo específico de depredador o para atacar a ciertos tipos de presas.
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En forma de sierra
Para los investigadores, las extrañas cerdas indicaban que esta era no solo una nueva especie de tarántula, sino también un nuevo género. Su presentimiento se confirmó cuando inspeccionaron los genitales de la araña. Las arañas macho no tienen pene, sino bulbos pedipalpales al final de sus patas delanteras, desde los que transfieren el esperma a las hembras.
Los bulbos pedipalpales están normalmente cubiertos de piel dura llamada quilla. En esta nueva tarántula, la quilla formaba un patrón completamente único y estaba cubierta de puntas serradas que hacían que el órgano reproductivo pareciera una espátula o un güiro, un instrumento musical que suena cuando se le frota con una batuta.
National Geographic
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