Mujica fue nombrado como un "político mundial único"
El expresidente y actual senador, José Mujica, inauguró este lunes la feria del libro de Andricgrad, situado en la ciudad serbobosnia de Visegrad, por invitación del cineasta serbio Emir Kusturica.
Uruguay ha sido representado en la feria del libro de Andricgrad, la primera que se organiza en esa localidad y que tiene como lema "Las palabras vuelan, los libros quedan", donde Mujica ha sido el invitado de honor.
El expresidente agradeció el honor de inaugurar dicha feria en esa localidad dedicada a la cultura y lanzó un alegato a favor de los libros, "aprendí en la soledad que hay que cultivar, y mucho, el amor, porque el amor es una planta delicada sin la cual no vale la pena vivir", expresó en la inauguración.
"El amor es libertad, es dignidad, ganas de mirar el sol, la tierra, soñar y luchar por un mundo mejor para los que vendrán después de nosotros. Eso es la historia del libro, es la historia de la civilización, el mayor legado y la mejor herencia que podemos dejar para nuestros hijos", agregó.
Mujica ha sido galardonado con una alta condecoración de la República Serbia, que le fue entregada por el presidente autonómico, Milorad Dodik, donde fue nombrado como "un político mundial único, por el triunfo de la idea de la igualdad, como un sabio y un luchador incansable por la justicia social y por los pobres en el mundo entero".
Al recibir el galardón declaró que entiende "las dificultades que circundan esta región, el drama de los pueblos yugoslavos" y expresó su esperanza de que dejen de haber guerras constantes allí, "espero profundamente que la gente salga un día de la prehistoria, y ese será el día en que la guerra no será necesaria como un recurso para la solución de los problemas".
La feria, que cierra el próximo 10 de julio, presentará obras publicadas por 40 editoriales de Serbia, del ente serbio de Bosnia y de Montenegro.
En un programa sobre la cultura uruguaya se presenta en dicha feria el libro "Memorias del calabozo", de Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, publicado en su traducción al serbio por el Instituto Andric.
EFE
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