Mi otro yo en Facebook: usurpación de identidad
“Me daba miedo, pensé que me querían secuestrar”, relató Iván Portilla, quien hace seis meses descubrió que tenía un doble en Facebook. Un desconocido hurtó sus fotos y con ellas abrió un nuevo perfil, con el que pretendía engañar a la gente. “Mi denuncia por el robo de identidad fue prácticamente ignorada”, afirmó.
Iván, de 23 años, recién egresado de Comunicación en la UNAM de México, descubrió su “otro yo” por casualidad, cuando el impostor intentó contactar a una de sus amigas de la preparatoria.
“Mi amiga Lucero me escribió para preguntarme si tenía otro Facebook. Me dijo que un tipo le había hablado por mensaje directo y la había invitado a salir. Se hace llamar Brayan Martínez y aunque no tiene mucha información en su perfil, utiliza las fotos que me robó”, narró Iván al detallar que esto ocurrió en noviembre pasado y el perfil apócrifo sigue activo.
Fernando Gutiérrez, director de la Escuela de Comunicación del Tecnológico de Monterrey Ciudad de México, explicó que el robo de identidad consiste en “utilizar datos de otra persona para hacerlos propios y sacar provecho por medio del engaño”. De las diversas modalidades en este delito, el experto destacó tres.
En la primera, alguien se apodera de un perfil gracias al hackeo de la contraseña, y desde éste realiza transacciones o establece conversaciones en nombre del propietario; sin embargo, el delito estará respaldado por los datos, fotos y videos publicados previamente en la cuenta.
En el segundo caso, un ciberdelincuente roba fotos, videos o información de un perfil y los utiliza para crear una nueva cuenta de Facebook, con el mismo nombre de la víctima.
En el tercero, un desconocido aprovecha la imagen de otro, así como algunos de sus datos personales para crear un perfil falso, mediante el que fingirá ser alguien más. Iván Portilla fue víctima de esta última modalidad.
El especialista en tecnologías de la información señaló que “en todos los casos el impostor podrá realizar diversas actividades, que pueden ser de tipo ilegal como fraude, venta de drogas, acoso, corrupción de menores, entre otros”. Indicó que, en comparación con los bancos, es más sencillo el hackeo de cuentas en las redes sociales, ya que sólo se deben conseguir dos datos: nombre de usuario y contraseña. “Si obtengo esa información, puedo apropiarme de un perfil con todo lo que se ha publicado y utilizarlo para beneficio propio”, comentó.
Dos caras de la moneda
En cuanto supo lo ocurrido, Iván tomó acciones para protegerse, pues le preocupaba que delinquieran en su nombre. Advirtió a sus contactos de lo ocurrido y denunció en Facebook el robo de identidad. “La verdad esperaba que cancelaran esa cuenta”, indicó.
En respuesta, la red social le envió —tres días después— una notificación al buzón de ayuda, que se activa en cuanto el usuario realiza una denuncia. “Gracias por dedicar tiempo a reportar algo que crees que puede infringir nuestras normas comunitarias. Las denuncias como la tuya constituyen una gran ayuda para hacer de Facebook un entorno seguro y acogedor. Revisamos el perfil que reportaste por hacerse pasar por ti, pero consideramos que no infringe nuestras normas comunitarias”.
Eso lo desconcertó. “Me enojé mucho, pues no le estaban dando la importancia que merecía. Me daba miedo saber que existía un perfil falso. Pensé mil cosas: que alguien me estaba vigilando, que me querían secuestrar, que tenían ganas de molestarme o que un compañero me estaba haciendo una broma”, confesó.
El perfil falso que crearon con fotos de Iván, en el que incluso aparecen sus amigos, indica que es estudiante de Ingeniería y señala que vive en el Estado de México.
Han pasado siete meses desde que presentó la denuncia y hasta el momento el perfil falso aún existe, a pesar de que a simple vista no reporta actividad alguna.
Expertos de la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU) explicaron que originalmente las redes sociales no tenían la opción de la denuncia, pero ahora se puede reportar un perfil, publicación o incluso un usuario que utilice las cuentas de manera inadecuada. Esto permitió el empoderamiento del usuario.
El director de la consultora, Ernesto Piedras, enfatizó que la tecnología no es la que delinque y que siempre debe considerarse que hay dos caras de la moneda: las oportunidades donde el usuario puede interactuar, aprender o conocer otros horizontes, y el peligro, porque puede ser agredido o vulnerado.
Los expertos coinciden en que algunas personas no reportan el robo de identidad en Facebook debido a que, casi siempre, fueron vulnerados en algo personal o íntimo y prefieren no divulgarlo para minimizar el efecto.
Las reglas del juego no están claras
Carlos Roberto Hernández, analista de The CIU, señaló que hay perfiles más susceptibles al robo de identidad, como los de las celebridades y personas del ámbito público. Sin embargo, acotó que también son sensibles las cuentas de gente con alto poder adquisitivo y las de quienes suben información con muchos detalles o valor agregado a la red.
“Una causa de la recurrencia de este delito es que no existe la cultura del entorno digital y que la gente no ha entendido las reglas del juego”, comentó Fernando Gutiérrez, experto del Tec de Monterrey. “No se tienen muy claras ni siquiera las medidas básicas para proteger o resguardar la información y esto es lo que ha vuelto muy vulnerables a los usuarios”.
Por su parte, Ernesto Piedras recordó que “el delito va al alza porque cada vez hay más usuarios y más facilidades para acceder a las redes. Cada nueva persona en línea es un nuevo nodo de vulnerabilidad”.
Según el informe Cibercrimen, que presentó Symantec en 2011, al menos 589 millones de personas en el mundo han sido víctimas de un delito perpetrado a través de internet. El más común y el más fácil de prevenir, según los especialistas, es el virus o malware.
En el reporte de la firma de seguridad digital también se especifica que los hombres jóvenes (72%) y con altos niveles de consumo en internet (más de 49 horas a la semana) son más susceptibles a sufrir algún ciberdelito, que las mujeres (65%), debido a que son quienes consumen una mayor cantidad de pornografía y visitan sitios más riesgosos.
Symantec reveló que México ostentaba —al menos hasta 2011— el tercer lugar en el mundo por víctimas del cibercrimen, con un total de 83% de adultos atacados, tan sólo por debajo de China (85%) y Sudáfrica (84%).
Sin embargo, en la Ciudad de México, por ejemplo, no está tipificado ningún “ciberdelito” como tal.
El jefe de grupo de la Policía de Investigación, José Roberto Uribe, comentó que “la usurpación de identidad sí está tipificada, aunque no tengamos un catálogo de ciberdelitos. Lo que tenemos son delitos en el mundo digital que se adecuan a lo que está en nuestro código penal. Nosotros adecuamos la conducta del mundo digital al mundo real”.
Uribe Ruiz indicó que, según números de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la CDMX, durante 2015 se iniciaron 211 mil 557 averiguaciones previas por todo tipo de delitos. De ese total, 772 correspondieron a la usurpación de identidad, lo que equivale a 0.36% del índice delictivo en la capital. Sin embargo, según estas estadísticas, de las 772, 41% se concentró en la usurpación por medio de telefonía, 38% en créditos, 19% en compras y 2% del total se llevó acabo en el mundo digital.
Identificación del delito
Para denunciar el robo de identidad en Facebook, la víctima debe hacerlo primeramente en la red social.
El especialista del Tec Monterrey Fernando Gutiérrez agregó que puede denunciarse ante una institución oficial, pero primero será necesario que el agredido identifique a qué categoría pertenece el delito que se realizó en su nombre o con su imagen.
Explicó que si el delito estuvo relacionado con cuestiones financieras, la víctima deberá acudir a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef); si conlleva el mal uso de datos personales, deberá denunciar ante el Instituto Nacional de Acceso a la Información (Inai); si tuvo que ver con cuestiones electorales, podrá acercarse al Instituto Nacional Electoral (INE); o incluso si la usurpación culmina con robo físico, deberá acudir a las procuradurías de Justicia.
Reiteró que en México aún falta legislar para que estos delitos estén homologados.
Iván es más cuidadoso con lo que sube a sus redes y comenta que ya no publica con tanta frecuencia. “En familia acordamos ser más precavidos con estos temas, porque no queremos ponernos en riesgo”. Aunque no denunció porque no sabía dónde hacerlo, se alegra de que “no haya pasado a mayores”.
* Términos y condiciones
Twitter no supervisa ni controla lo que se publica y no se hace responsable de ello. “No garantiza que su contenido sea veraz, preciso, ni fiable”. El usuario podrá estar expuesto a información engañosa.
Facebook estipula que el usuario no podrá realizar ninguna acción que infrinja la ley o vulnere los derechos de terceros. La compañía puede retirar el contenido que viole sus políticas de uso.
Instagram señala que cada quien será responsable de lo que ocurra en su cuenta y que los usuarios no deberán “acosar, suplantar o intimidar a otros usuarios”. En caso de hacerlo, la empresa podrá eliminarlos.
Fuente El Informador
0 comentarios