La muerte ronda en un centro de cirugía estética
La muerte de una mujer sometida a una cirugía plástica en una clínica de Hialeah, EEUU, ha sacado a luz pública los peligros que han enfrentado en ese establecimiento y en uno afilliado, otras víctimas que buscaban embellecer sus cuerpos.
Catherine González, de 19 años y residente de Hialeah, debió ser internada ocho días en un hospital de esa ciudad al sufrir varios paros respiratorios tras someterse a una liposucción en la clínica Encore Plastic Surgery.
El miércoles, Mirta Abreu, madre de González, relató los dramáticos momentos que padeció su hija, quien “está viva de milagro”.
"Mi hija está viva de milagro", dice madre de joven sometida a liposucción en clínica de Hialeah
Mirta Abreu, madre de Catherine González -de 19 años y residente de Hialeah-, relató los dramáticos momentos que padeció su hija, quien “está viva de milagro”. González debió ser internada ocho días en un hospital al sufrir varios paros respiratorios tras someterse a una liposucción en la clínica Encore Plastic Surgery, en Hialeah.
“Catherine llegó a esa clínica para ponerse más linda y casi le cuesta la vida”, dijo Abreu a el Nuevo Herald. “ Estuvo casi muerta […] le dieron dos paros respiratorios por lo que la llevaron de emergencia al hospital, y llegando allí le dio otro paro respiratorio y tuvieron que entubarla con mucho trabajo porque era la tercera vez que le ocurría un paro respiratorio en un mismo día”.
El sábado pasado 7 de mayo, González fue trasladada desde la clínica localizada en el 1738 de la calle 49 del oeste, para ser internada de emergencia en el hospital Palm Springs de Hialeah, donde quedó inconsciente y entubada.
Una semana después, Heather Meadows, de 29 años y de West Virginia, falleció tras una cirugía para levantarse los glúteos al estilo brasileño, también en la clínica Encore Plastic Surgery.
El denominado levantamiento de glúteos estilo brasileño consiste en la liposucción del torso para luego inyectar la grasa en el área de los glúteos.
Las autoridades han dicho que durante esta última operación, Meadows sufrió la obstrucción de las arterias de los pulmones y del corazón con coágulos de grasa, provocando que ambos órganos colapsaran.
Abreu detalló que su hija Catherine decidió hacerse la liposucción en la clínica Encore Plastic Surgery por recomendación de una persona cercana a la familia y que en realidad no indagaron sobre los antecedentes del establecimiento.
De acuerdo con la Policía de Hialeah, el Departamento de Salud de la Florida, responsable de otorgar licencias a las clínicas y los médicos, investiga el caso de la muerte de Meadows.
Actualmente Catherine González es sometida a terapias de rehabilitación y su madre se encarga de la atención diaria de la joven en la casa donde ambas residen, en Hialeah.
“Las autoridades deben investigar esa clínica y si es necesario deben cerrarla”, dijo Abreu. “No vale la pena que una persona sufra de esta manera. Mejor es seguir un poquito gordita y disfrutar la vida”.
En Alaska hay otra víctima
A 3,884 millas de Hialeah, en la remota base militar estadounidense Fort Greely, la puertorriqueña Yahaira Espada sufre en silencio las secuelas de lo que ella considera mala praxis por parte del personal de la clínica Vanity Cosmetic Surgery, afiliada a Encore Plastic Surgery.
Espada vive con su esposo en Alaska hace 17 años. A finales del 2015 decidió que quería someterse a varias cirugías plásticas para mejorar su figura, entre estos procedimientos deseaba hacerse un levantamiento de glúteos estilo brasileño.
Buscando ofertas en internet se topó con anuncios de la clínica del sur de la Florida.
“Me vendieron el paquete por teléfono. Te venden sueños y te sacan las uñas” dijo la mujer de 41 años a el Nuevo Herald en una entrevista telefónica.
Según Espada, por unos $5,000 un cirujano de Vanity Cosmetic se encargaría de hacerle una liposucción a los lados y la parte interior de los muslos, la espalda, la cintura, la papada, y todo el abdomen. Luego parte de la grasa sería inyectada en sus glúteos—eran en total unas 16 áreas de retoques estéticos.
La mujer viajó a Miami a principios de año y dice que inmediatamente tuvo roces con el personal de la clínica, ya que se negaron a hacerle la cantidad de procedimientos que según ella estaban pautados por el precio acordado.
De todas maneras, Espada llegó a un acuerdo y fue operada el 12 de enero por el Dr. Osakatukei “Osak” Omulepu.
“Yo esperaba tener unas nalgas como las de Kim Kardashian cuando me hice la cirugía”, contó Espada. “Tu entiendes que tu cuerpo puede llegar a eso. Yo fui Miss Bikini en Puerto Rico”.
Pero los resultados no fueron los prometidos.
“Tengo un nudo en la parte de arriba de la cadera de seis pulgadas, me duele. Ya no me puedo mover. Me tengo que arrastrar de la cama para ir parándome”, dijo.
Omulepu le dijo que las protuberancias de la grasa inyectada para moldear su figura se alisarían y dejarían de molestarle en unos seis meses. Han pasado cuatro y Espada no ve ni siente mejorías.
“Tengo unas pelotas en la nalga y me duelen, han pasado meses”, agregó.
Espada acudió al Madigan Army Medical Center, en Tacoma, Washington. Tras una resonancia magnética, los médicos le dijeron que si los lipomas continuaban doliéndole o crecían, tendrían que extirparlos.
“Yo no quiero estar desfigurada, no quiero tener una cicatriz de seis pulgadas”, se lamentó.
Omulepu, el cirujano plástico que operó a Espada, se encuentra en este momento batallando contra los esfuerzos del Departamento de Salud de la Florida para revocarle la licencia por negligencia médica, después que él lesionó de gravedad a cuatro pacientes en dos días en mayo del 2015.
elnuevoherald
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