Los terribles casos de abuso de niños "brujos" o "poseídos" en Londres
El objetivo es ahuyentar a los "malos espíritus". El resultado es un niño que sufre "terribles abusos físicos y emocionales" durante los llamados rituales de exorcismo.
Son los casos de abuso infantil vinculados a la fe, como los cataloga la Policía Metropolitana de Londres. Y en 2015 se reportaron 60.
Las víctimas son niños acusados en sus comunidades de ser brujos y, por lo tanto, sometidos a un horrible tratamiento y abuso.
El abuso, dice la Policía Metropolitana, incluye "golpes, quemaduras, cortes con navajas, puñaladas, estrangulamiento", y una forma de abuso emocional por aislamiento y abandono.
Tal como aseguran los expertos, en muchos de los casos son los propios padres los que someten a los niños a este tratamiento.
"Ese niño es un brujo"
Jean La Fontaine, profesora emérita de la London School of Economics y experta en África oriental, satanismo, brujería y rituales religiosos, le explica a BBC Mundo que las acusaciones surgen de dos formas.
"Puede ser la familia la que dice que el niño está poseído por malos espíritus o es el pastor de la comunidad el que decide que un niño es un brujo", explica.
"Sé de casos en los que en medio de un servicio religioso el pastor apunta a un niño y dice: ’Ese niño es un brujo’".
Y esa acusación conduce a someter a ese niño a un exorcismo para ’liberarlo’ de esos malos espíritus.
Malos espíritus
La gente que cree que en brujería piensa que un espíritu malo puede entrar en el cuerpo de una persona, casi siempre un niño.
Y creen que estos espíritus sólo pueden salir del cuerpo con un exorcismo.
Según las cifras de la policía de Londres, el año pasado se registraron 50% más casos de este tipo de abuso que en los dos años previos.
Y a pesar de este aumento la policía cree que el problema podría ser mucho más extenso.
"El abuso de niños basado en la fe y las creencias, que incluye la posesión de espíritus, es un crimen oculto y por lo tanto difícil de cuantificar en términos de su magnitud", dice la Policía Metropolitana en su website.
"Por nuestras propias investigaciones y consultas con la comunidad, sabemos que está poco reportado", agrega.
Un problema en varias comunidades
Se cree que el problema es más grave entre los miembros de las comunidades africanas, pero también ocurre entre europeos, asiáticos y las fes cristianas, musulmanas y paganas en Reino Unido.
"Es difícil conocer el alcance del problema en Londres", le explica a BBC Mundo Oladapo Awosokanre, de la organización basada en Londres Africanos Unidos Contra el Abuso Infantil (AFRUCA).
"El problema no se reporta debido a que están involucradas figuras de autoridad, como el pastor o los padres. Y la víctima es un niño vulnerable incapaz de defenderse".
El abuso de niños basado en la fé y las creencias, que incluye la posesión de espíritus, es un crimen oculto y por lo tanto difícil de cuantificar en términos de su magnitud.
Policía Metropolitana
Las edades de los niños sometidos a estos "rituales de exorcismo" van desde los 3 hasta los 16 años. Y los rituales, coinciden los expertos, incluyen un abuso extremo.
"Primero mantienen a los niños sin comer y sin beber agua. Los aislan para que no tengan contacto con otros miembros de la familia", explica La Fontaine.
"Después, en el ritual, el pastor aplica chile en los ojos o genitales de los niños para hacerlos gritar y los golpean y los sacuden gritándole ’al espíritu’ para que salga de ese niño", agrega.
"Es un abuso terrible. Los niños quedan dañados, temerosos, y en ocasiones, mueren".
Pero eso no es todo: "Lo más terrible es que en muchos de los casos son las propias madres las que acusan a sus propios hijos".
"Decían que mi espíritu volaba por la casa"
Mardoche Yembi, que ahora tiene 24 años, fue sometido a estos rituales cuando tenía 8 y fue acusado de brujo.
El niño, que nació en Congo, fue enviado a Londres para vivir con parientes lejanos.
"Me acusaron de haber matado a mi propia madre (que murió tras una larga enfermedad). Me acusaron de comer carne humana y de volar por la casa", le contó el joven a la BBC.
"Decían que mi cuerpo se quedaba en la habitación pero mi espíritu volaba por la casa en las noches asustando a los niños", recuerda el joven.
"Yo era el responsable de todo lo malo que ocurría en mi familia".
En 2008 sus familiares decidieron enviarlo a Congo para someterlo a una "ceremonia de exorcismo" pero la escuela del niño alertó a los servicios sociales y evitaron que Mordachi saliera del país.
Oladapo Awosokanre considera que uno de los principales problemas "es que las comunidades africanas negras son muy religiosas".
"Los pastores tienen un alta estima y son muy respetados", asegura.
"Muchos de ellos están haciendo un mal uso de su autoridad y la gente cree en lo que ellos dicen porque tienen ’la palabra de Dios’", le dice a BBC Mundo.
Por esta misma razón, muy poca gente se atreve a reportar a estos pastores y quienes lo hacen a menudo se enfrentan con toda una comunidad.
Los expertos coinciden en que no será fácil que estas prácticas desaparezcan.
A pesar de que en Reino Unido están catalogadas como un crimen y hay varias leyes para perseguir a los responsables, hay muchos facotres complejos involucrados en el problema: la religión, las creencias, las circunstancias de la familia y los cambios en las estructuras familiares entre estas comunidades.
Además, también está el "oportunismo" de muchos de los pastores están obteniendo provecho económico con esta situación.
"Para muchos pastores estos rituales tienen una clara motivación financiera", dice Oladapo Awosokanre.
"Tienen cuotas establecidas para cada una de estas ceremonias. Dependiendo de los recursos de la familia llegan a cobrar entre US$100 y US$1.500", explica.
"Necesitamos educar a las comunidades y hacerlas conscientes de que estas prácticas son abusos", le explica a BBC Mundo.
"Los padres necesitan entender que están dañando a sus hijos y debemos entrenar a más gente, dentro de las escuelas, las iglesias y las comunidades, para reconocer cuando estos abusos están ocurriendo y cómo reportarlos".
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