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CAUSA ABIERTA

Tragedia por ataque de celos en el barrio Larrañaga

Tragedia por ataque de celos en el barrio Larrañaga

Mejor mamá, ahora vamos a estar tranquilas", fueron las palabras de una adolescente de 16 años que vivió durante seis meses un verdadero calvario, desde que su padre comenzó a enfermarse de celos hacia su exesposa, lo que derivó en un trágico desenlace.

El exmarido, de 57 años, se quitó la vida de un disparo en la cabeza en la mañana de ayer, en una calle del barrio Larrañaga, luego de haber intentado matar al mejor amigo de la familia, de quien sospechaba que mantenía una relación amorosa con la mujer.

El fallecido tenía al menos cinco denuncias por hechos vinculados a episodios de violencia en los últimos seis meses.

El detonante fueron los reiterados episodios de celos que el hombre comenzó a manifestar desde noviembre del año pasado.

El drama involucra a cuatro amigos: dos parejas que mantenían un vínculo de amistad desde hace más de 16 años.

Todo comenzó el 19 de noviembre del año pasado, cuando el amigo del matrimonio —a quien se identifica en esta nota como Juan C. (pidió que no se divulgara su nombre verdadero)— festejaba su cumpleaños. "Ese día hubo algo extraño, fuera de lugar".

El hombre, que ayer se quitó la vida, había ido con su esposa a la casa de Juan C. a felicitarlo.

"Lo noté raro, como que se quedaba sentado ahí y no se movía", contó Juan, quien mostraba ayer la venda que cubría la herida en cabeza, producida por el disparo que recibió.

Un día después de la celebración, la esposa del ahora fallecido, le contó a la pareja de amigos, que su marido "había enloquecido".

Según Juan, "le hizo una escena de celos (a su mujer) diciendo que yo estaba con ella. Nada que ver. Éramos amigos todos", comentó.

Sin pensarlo, y sorprendido, Juan lo llamó por teléfono: "¿Cómo vas a decir eso? ¿¡Estás loco!?", le dijo. La conversación se hizo pesada. Insultos de por medio, Juan decidió terminar la llamada, y con ella, la relación de amistad entre ambos.

Después de eso, comenzó un acoso casi a diario.

El jueves por la tarde, el marido celoso pareció explotar. Comenzó a enviarle mensajes de texto a Juan C., a su ex esposa, y a su hija de 16 años.

"Decía que me iba a matar, que yo lo había traicionado y que no era su amigo. Me acosó durante horas, por eso fui hasta la Seccional 4ª a denunciarlo", contó Juan a El País.

Los policías, al constatar los mensajes de texto con recurrentes amenazas, no dudaron ni un segundo: llamaron por teléfono al marido acosador. "Señor, tiene que presentarse en la seccional a prestar declaración", le dijo uno de los funcionarios al hombre. Este contestó que se presentaría a declarar el viernes (ayer) a las dos de la tarde, cortando la llamada repentinamente.

Pasaron algunas horas desde la denuncia. A las 8:00 de la mañana del viernes, la exesposa recibió un extraño mensaje en su celular y le avisó a Juan: "Va para ahí, ¡dice que te va a matar!"

Los nervios estaban a flor de piel. La esposa de Juan salió al balcón a corroborar que su marido se había ido en la camioneta antes de que llegara a efectivizarse la amenaza.

Todo ocurrió en cuestión de segundos.

"Estaba saliendo de casa con el auto cuando el loco me tira un finito que me rayó toda la camioneta del lado del acompañante", relató ayer Juan, recién llegado tras haber sido atendido por la herida.

"Me bajé del coche, decidido a matarlo a trompadas", comentó aún impactado por la situación. "Fui hasta la puerta de su auto, vi que él estaba sentado al volante pero recostado en el asiento del acompañante, y ahí cuando me asomé sacó el arma y empezó a tirarme. Sentí como si me hubiesen pegado un palazo en la nuca, me toqué y estaba llenó de sangre, pensé... ¡Me mató!".

"Ahí, frente a la puerta del garaje, me desmayé. Pensé que me había matado".

Desde el balcón, la esposa observó todo. "Fue desesperante, bajé y un hombre que estaba en la calle gritaba: ¡Te pegó un tiro en la cabeza, quedate quieto!.

Después (el agresor) "salió como loco en su auto con el arma en la mano. Nosotros llamamos al 911 y lo trasladaron en unos minutos", contó la mujer de Juan.

El marido celoso, totalmente fuera de sí, pensando quizás que había matado a su amigo, se dirigió a toda velocidad hasta el barrio Larrañaga, y se detuvo en la esquina de las calles Quijote y Gustavo Gallinal.

Desde allí le envió un mensaje a su mujer: "Te amo, no puedo creer cómo me hiciste esto".

Agarró su arma por última vez, se apuntó directamente a la cabeza, y gatilló.

La Policía Científica cercó ayer la zona donde todavía quedaban rastros de sangre.
Tenía varias denuncias por hechos violentos.

La esposa del hombre que se suicidó ayer por la mañana, estaba en la casa de su hermana, porque el marido la había amenazado con prenderla fuego a ella y a sus dos hijas. Las denuncias fueron al menos cinco.

El amigo de la pareja, que se encuentra herido de bala, aseguró que "si las autoridades hubiesen hecho algo con este tema, no tendríamos que haber llegado a estas instancias; se lo podría haber medicado, él era mi amigo, eso es lo que más me duele, era un tipo buenísimo como padre y laburador; un amigo de ley".

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