WhatsApp: la nueva pesadilla de los colegios
Son las ocho de la mañana y las notificaciones de WhatsApp en el celular de Alicia no paran de llegar. Es el grupo de padres del colegio de su hijo. Afuera llueve y los padres están preocupados sobre la ida de los niños al campo de deportes. "¿Se suspenderá?", pregunta una.
"Yo creo que deberían", contesta otra. "Pero suspenderlo ahora es difícil", responde un padre. Mientras tanto, otras dos comparten fotos del pronóstico del tiempo de Accuweather y otros servicios. Una madre protectora manifiesta preocupación por el frío. No quiere que su hijo se resfríe.
Son las nueve de la mañana y la actividad del grupo no cesa. Alicia no contesta y respira hondo cuando un padre sugiere consultar en el colegio, en lugar de seguir haciendo conjeturas y quedarse en supuestos.
Los grupos de WhatsApp de padres en los colegios están que arden. Lo que hasta ahora parecía ser una pesadilla para aquellos padres menos impulsivos y activos en las redes sociales, se ha convertido también en una preocupación para los colegios, que ven en estos grupos un "ruido" permanente en la comunicación institucional y los padres.
"En el diálogo virtual (...) se pierde gran parte del sentido de lo que se quiere comunicar", comunicado del colegio Ivy Thomas
Tal es así que la semana pasada, el colegio Ivy Thomas publicó en su página web un comunicado invitando a los padres a reflexionar sobre el uso de las redes sociales, especialmente WhatsApp, y su influencia negativa en el vínculo entre los padres y la institución, por lógica, a los niños.
"Vemos con preocupación cómo muchos padres, que antes se nos acercaban para aclarar dudas, se inclinan ahora por sacar conclusiones sobre el colegio sin recurrir al mismo, creando muchas veces situaciones indeseadas y generalmente evitables en la comunidad educativa", se señala. Al tiempo que advierte que "pocas situaciones generan tanto desasosiego en los niños como la dicotomía padres-colegio".
El comunicado también puntualiza que la "sobredimensión de los problemas, la exagerada protección hacia los niños y una necesidad de tener toda la información de manera instantánea" son otros de los problemas que advierten en el día a día.
Consultada por El Observador, la presidenta de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep), Zózima González, manifestó que esta es una situación generalizada entre los colegios. Los grupos de WhatsApp de padres "generan dificultades en la comunicación interna porque se solapa la comunicación institucional con la información de los padres, que muchas veces se basa en rumores", expresó.
Dijo que muchas veces en los grupos se hacen comentarios desfavorables hacia el colegio o se desautoriza al maestro, lo que puede perjudicar al niño. "La información que se maneja allí trasciende al grupo y rápidamente resuena en todos los padres y alumnos. Los grupos son una caja de resonancia", advirtió. Por esta razón, manifestó que hay que valorar la comunicación directa y la validación de la información con la institución.
El grupo de WhatsApp "distorsiona por completo la comunicación, teniendo como consecuencia el teléfono descompuesto ", comunicado del colegio Ivy Thomas
El presidente de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec), Rafael Ibarzábal, señaló a El Observador que los grupos de WhatsApp de padres son "la herramienta más eficaz para transformar un mosquito en mamut" porque distorsionan la información. Indicó además que "en la medida de que se habla 'de', pero no se habla 'con', se desvirtúa la comunicación". En sentido, destacó que cuando los padres tienen un problema, queja o consulta es más eficaz hablar directamente con la institución que compartirlo en el grupo. "La institución tiene que concientizar a los padres sobre el riesgo de la información distorsionada", aconsejó.
Desde el Consejo de Educación Inicial y Primaria, el consejero Pablo Caggiani expresó a El Observador que esta no es una inquietud que exista entre las autoridades de la educación pública.
La otra cara de Whatsapp: la autonomía del niño en cuestión
El comunicado del colegio Ivy Thomas también llama la atención a los padres sobre la violación de la privacidad de los hijos que puede generar el uso de WhatsApp. "Consideramos central para los niños que el colegio se sienta como un espacio propio y privado", que muchas veces se ve invadido por el excesivo uso de esta herramienta.
"Si queremos hijos que tengan confianza en sí mismos, que puedan en un futuro ser adultos responsables, tenemos que poder dejarlos solos en el colegio bajo una autoridad distinta, pero que los representa", subraya la misiva.
Es que el uso de WhatsApp ha dado lugar a padres mucho más sobreprotectores. "Antes del celular, el niño se iba de campamento y los padres no tenían comunicación con él durante todo el fin de semana. Recién sabían algo de él cuando el niño volvía. Solo había comunicación si surgía un imprevisto. Hoy eso los padres no lo soportan", dijo a El Observador el presidente de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec), Rafael Ibarzábal. "Hoy son las diez y media de la noche y suena algún celular: ¿Estás bien mi amor?".
Ibarzábal manifestó que esta actitud no solo debilita el rol del adulto que está a cargo del niño, sino que además lleva a que el celular se convierta en una herramienta de control, que debilita la autonomía del niño. Ibarzábal denomina a estos padres "padres drones". "Son aquellos que sobrevuelan constantemente la vida de sus hijos y tratan de controlarla con todos los medios que están al alcance, distorsionando el desarrollo de los hijos", explicó.
Por su parte, Zózima González, presidenta de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep), dijo a El Observador que los padres que se comunican por celular con sus hijos cuando estos están en el colegio violan el derecho de educación de los niños porque lo distraes y distorsionan la clase. "Los padres piensan que por tener Whatsapp están más presentes y no es así", afirmó.
Manual para grupos de WhatsApp
La inquietud por el uso excesivo de los grupos de padres de WhatsApp trasciende fronteras: en Buenos Aires, un grupo de madres del colegio Beth de Palermo creó un manual para estos grupos, informó ayer Clarín. Entre las reglas se incluye: responder solamente si se aporta algo, no criticar al docente en el grupo, información sí, chismes no, pensar dos veces antes de responder y no exagerar con los emoticones.
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