Travis Kalanick, el creador de Uber que innova para "romper el statu quo"
Travis Kalanick, de 39 años y creador de Uber, "es la definición de un emprendedor serial en su forma más pura, con todas las fuerzas y debilidades que viene con eso. Es un luchador. Él está en contra de las estructuras institucionales.
Él tiene que levantarse cada día y hacer algo". Así define Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Alphabet de Google, al hombre detrás de una de las empresas más famosas y polémicas del último tiempo.
Con sólo seis años de vida, Kalanick transformó a Uber en una startup con un valor de mercado de U$65 mil millones, el doble de lo que cuesta, por ejemplo, Twitter o American Airlines, y muy cerca de Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles del mundo.
Este éxito también lo convierten a él en el cuarto hombre más rico de Estados Unidos con menos de 40 años y se queda con el lugar 188 a nivel mundial entre los multimillonarios rankeados por Forbes.
Las características que detalla Schmidt no sólo se sustentan en las cifras con varios ceros, sino también en la historia de Kalanick que fue elegido entre los seis personajes más importantes de 2015 por la revista Time.
En 1998, el CEO de Uber abandonó la carrera de ingeniería que cursaba en la Universidad de California para fundar su primera empresa "Scour", un servicio de intercambio de archivos multimedia.
Tal como ocurrió con Napster, también fue demandado por US$250 millones, obligándolo a acogerse a la ley de quiebra de Estados Unidos. Kalanick tuvo que devolverse a la casa de sus padres hasta que fundó "Red Swoosh", también con el formato para compartir archivos digitales y a la que llamó como una "firma de venganza", debido a que sus clientes fueron algunas de las mismas corporaciones que anteriormente lo habían puesto fuera del negocio.
Seis años después, en 2007, la vendió en US$18,7 millones, a pesar de que tenía sólo ocho empleados. Estas compañías serían la antesala para lanzar la aplicación Uber para teléfonos inteligentes en 2010 en San Francisco. Para 2015, la empresa operaba en 66 países, más de 360 ciudades, 1,1 millones de conductores activos y 3 millones de viajes al día, según destacó la revista Time.
A esto se suma el lanzamiento de nuevos servicios en Estados Unidos, como las que fomentan los autos compartidos; y el rechazo de los taxistas tradicionales en países europeos y latinoamericanos, como Chile. Kalanick, un personaje más bien alejado de los medios de comunicación, ha comentado que a veces se siente que está "conduciendo en la niebla.
Tengo mis manos en el volante y voy demasiado rápido para mirar detrás de mí, pero no puedo ver muy lejos hacia delante, tampoco". Cuando Uber cumplió cinco años de vida, en junio del año pasado, Kalanick afirmó en un discurso que "la gente nos dice que ser un conductor en Uber es liberador -no hay horarios, no hay jefes y ganan un mejor ingreso usando mejor tecnología.
Estas personas nos dicen que manejan porque les encanta la flexibilidad que provee este empleo- el estudiante que puede trabajar para pagar la escuela entre sus clases; el consultor freelance o el artista que puede hacer algunos viajes entre juntas o presentaciones; la madre soltera que puede apagar la aplicación para recoger a sus hijos de la escuela y volver a prenderla una vez que los ha dejado en el fútbol.
¿Qué otro trabajo se puede prender y apagar cuando quieras o cuando lo necesites?".
La idea de todo esto, al final, es darle un "sí a la innovación por encima del statu quo", como define él. "Lo único que pedimos a los oficiales locales es que le digan sí a permitir que la gente sirva a sus ciudades. Que no le nieguen este servicio a la gente debido a alguna regulación anticuada, una regulación que puede haber estado diseñada originalmente para proteger a los conductores o pasajeros, pero que hoy existe para preservar un monopolio centenario para unos cuantos privilegiados", apuntó en esa instancia.
Fuente: Emol
0 comentarios