Ultraderecha antiinmigrantes ganó primera vuelta en una Austria cada vez más blindada

La imagen de una Austria cada día más blindada frente a los inmigrantes se reforzó ayer tras la victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Norbert Hofer, candidato de la extrema derecha que sostiene sin ruborizarse sus deseos de que expulsen a todos los refugiados que llegan de Africa y Oriente Medio.

El representante del Partido de la Libertad (Fpoe) alcanzó más del 35% de los votos, que contrastó con el derrumbe de los dos partidos de la coalición gobernante, socialistas y los populares, que sacaron el 10% respectivamente. Esto es un verdadero shock en Austria porque los dos vienen gobernando el país alternadamente desde 1945.

El postulante del Partido Verde, Alexander van der Bellen, se ubicó en cambio en el segundo lugar con el 19%, dejando eliminados del balotaje precisamente a los candidatos de esas dos grandes fuerzas tradicionales. La independiente Irmgard Griss quedó en tercer lugar, con poco menos de 20% de los sufragios. El independiente Richard Lugner quedó en último sitio, con poco más del 2% de los votos.

Los dos factores claves que explican el resultado de este primer turno son tanto la creciente frialdad del electorado hacia los partidos históricos como las preocupaciones frente a la crisis europea de los inmigrantes.

“Hemos escrito la historia, hoy se abre una nueva era política”, destacó sin esconder su alegría Heinz-Christian Strache, líder del Fpoe, el partido que por muchos años estuvo encabezado por su controvertido líder Joerg Haider, que murió en el 2008.

Los comicios se consideraban un termómetro del índice de aprobación del Gobierno actual, por lo que se esperan fuertes debates internos en el seno de los partidos socialdemócrata y conservador.

“Es el comienzo de una nueva era política”, auguró Heinz-Christian Strache. El resultado muestra la “extrema insatisfacción” con la coalición de Gobierno, añadió. El dirigente criticó duramente al gobierno por permitir la entrada de 90.000 refugiados al país el año pasado. El partido de extrema derecha llevaba un eslogan que decía: “Austria primero”.

Hofer es un ingeniero de 45 años con un perfil que evidentemente representa a parte de los austríacos, pero al que le gusta ir por las calles con su pistola. Tras el triunfo de ayer aseguró que, si llega a ganar en el segundo turno, va a quitarle la confianza al gobierno en el caso que el Ejecutivo no tome medidas más drásticas sobre el crítico tema de los refugiados.

El voto en Austria tuvo una amplia repercusión en toda Europa, donde el resultado fue festejado por la extrema derecha de diferentes países: desde el líder del PVV holandés Geert Wilders hasta el italiano Matteo Salvini, jefe de la Liga Norte.

Los expertos consideraron además que la formación de ultraderecha se convirtió en receptora de los votos de protesta. “Fue una votación antisistema. La gente está insatisfecha con la forma en la que se lleva adelante la democracia”, dijo el analista Thomas Hofer.

El Gobierno del canciller socialdemócrata Werner Faymann cambió su política a comienzos de año y anunció mayores restricciones para el otorgamiento de asilo y en las fronteras y la vía libre a la construcción de un muro en el paso fronterizo del Brennero, entre Austria e Italia. De todas formas, a juzgar por el resultado de hoy, las medidas no tuvieron el efecto político deseado.

De una u otra manera, toda la estructura institucional montada a partir del principio clave de la libre circulación dentro de la Unión Europea corre el serio riesgo de derrumbarse precisamente bajo el peso de las oleadas migratorias provenientes desde Africa y el Medio Oriente.